18 abril 2024

logo cruilla 2016

No vamos a descubrir el enorme acierto que la organización del Festival Cruïlla va teniendo año tras año. Su propuesta alejada de las etiquetas, los postureos y los prejuicios musicales y culturales permite reunir distintas sensibilidades musicales en su cartel y saciar inquietudes del todo opuestas. El resultado da un festival que evita las masificaciones del PS – las comparaciones con su homónimo festival resultan odiosas al compartir recinto del Parc del Forum -, la congregación de “guiris” y todas las incomodidades que ello supone.

Si a lo anterior añadimos determinados aciertos como no alejar los tres escenarios principales (evita las grandes pateadas de un sitio al otro) o  la pulsera electrónica para pagar bebida y comida, dan un festival apetecible para aquellos que quieren disfrutar de la música sin preocupaciones ni estrés.

 

VIERNES:

En este contexto los mas puntuales pudieron gozar de la bajista afroamericana Esperanza Espalding, a pleno sol y en el escenario Time Out pudo presentar su reciente ‘Emily’s D + Evolution ‘ y su propuesta Funk, Soul, Jazz en una puesta en escena muy teatral. Ataviada con un corsé y con su pelo a lo afro, su imponente voz se adueñó de la brisa marina del atardecer del Forum, combinando el contrabajo con el bajo eléctrico.

Sin mucho tiempo para gozar de la estadounidense por los solapamientos la cita ineludible era la otra gran diva de última generación Cat Power en su vuelta al festival que la vio dos años atrás. Con una entrega y misticismo que contrarrestaba con las conversaciones y el ambiente distendido del público, se la vio menos excéntrica que en otras ocasiones. Ataviada con una chaqueta tejana abordó junto a su solvente banda éxitos propios como “The greatest”, junto a versiones de otras damas del rock como “These Days” de Nico o “Blue” de Joni Mitchell.

Luego, otra de las atracciones de la jornada inaugural,  el irlandés Damien Rice, actuaba en el frondoso escenario Estrella Damm, solitario y solo con la guitarra en la mano, y apoyado por efectos de sonido, buscó una melancolía que solo encontró a ratos a través de su cancionero folk.

El plato fuerte de la jornada del viernes fue sin duda uno de nuestros mayores activos musicales, Bunbury. Con un público sembrado de camisetas de los Héroes del Silencio, el bueno de Enrique se reivindicó como lo que es, una auténtica estrella de rock, en un directo en el que interpretó grandes canciones como “Avalancha” o “Maldito Duende” ante el frenesí de un público que le adora.

bunbury

Sin tiempo de descansar, los británicos Crystal Figthers y su música electrónica con elementos de los sonidos tradicionales vascos, hicieron bailar a la muchedumbre aglomerada.

Mas nocturnos, otros que nunca fallan, los madrileños Vetusta Morla, quienes a pesar de los problemas con el sonido de la voz (uno de sus mayores activos) supieron salirse con las armas de siempre, carisma, fuerza, efectos luminosos, ritmos poderosos,  y sobre todo su infalible cancionero muy reconocido y coreado por sus fieles seguidores.

 

SÁBADO:

james

La segunda jornada del Festival tuvo su primer plato fuerte con los mancunianos James quienes ofrecieron un entretenido y potente concierto pop sin tener que tirar de demasiados hits. Así, sonaron temas recientes de sus dos últimos discos combinados con clásicos como “Gettin Away With It All (Messed Up)”, “Come Home” o “Sometimes”, esta última coreada al unísono. Entre medio, el bueno de Tim Both nadó por encima del público, hizo sus bailes histriónicos y demostró el porqué es un perfecto front-man.

Al terminar pitando hacia los granadinos 091, y su indie nacional pionero, para comprobar en pocos temas como han vuelto a tope con un potente directo rockero que les convierte en clásicos de la música patria a pesar de que el reconocimiento mayoritario haya sido tardía.

Ya empezado, los Alabama Shakes, con la imponente Brittany Howard y su floreado vestido al frente dieron una lección de blues y rock sureño con temazos como “Gimme All Your Love” o “Sound & Colour”, dejando pisada en el festival. Una banda que crece y crece llevando el blues clásico a las nuevas generaciones a través de su tamiz moderno.

Y la hora llegó. El momento para ver la principal atracción del festival, al gran Robert Plant, solista de los Led Zeppelin, una inevitable ocasión para los fans de la banda para ver a su ídolo y para los seguidores del rock para ver a una leyenda. Si bien ofreció temas clásicos como “Black Dog” o “Rock and Roll”, estos surgieron con destellos entremedio de una propuesta World Music que si bien encaja perfectamente en el festival se alejaba del poderío rock de antaño. Un concierto fetichista que supo a poco ante la magnitud del personaje.

robert plant

Tras el icónico cantante bajamos a la Tierra para ver a unos clásicos de los festivales veraniegos, los Love of Lesbian con su pop festivo y dinámico. Tras ellos y los pertinentes descansos, unos clásicos de los noventa Skunk Anansie, quienes capitaneados por la simpática Skin ofrecieron energía y rock repasando clásicos como “Hedonism” junto con temas de su reciente disco “Love Someone Else” (2016).

 

DOMINGO:

Rezagados a la perezosa tercera jornada de domingo tarde y compitiendo con la final de la Eurocopa un clásico nacional junto con uno internacional entre actividades familiares. Con mucho menos público que los días anteriores los Elefantes bajo la tutela de Shuarma jugaban en casa para presentar álbum y repasar clásicos como “Azul”. Luego el rock fronterizo de los seminales Calexico con su fusión de rock americano clásico y sonidos latinos en los que no faltaron las trompetas, los ritmos y la épica a través de cancionazas como “Frontera”,  “Fortune Teller” o “Splitter”.

Era el final de un gran festival que ya es una institución de cada verano y que nos regala grupos de distintas tendencias y para todos los públicos. Gustos los colores.