25 abril 2024
Puede que no sea del todo objetivo en lo que a St. Paul & The Broken Bones se refiere. Desde la primera escucha me rendí a la voz de Paul Janeway, es magnético, tiene una garganta más que versátil que atrapa ya sea en las grabaciones de su primer y único disco (por poco tiempo) o dejando al público con la boca abierta desde el escenario. Aquí es donde se confirma el talento inmenso de esta banda, donde te quitas el sombrero y te dejas llevar por su embriagador y ardiente soul sureño.

st paul and the broken bones

Puede que no sea del todo objetivo en lo que a St. Paul & The Broken Bones se refiere. Desde la primera escucha me rendí a la voz de Paul Janeway, es magnético, tiene una garganta más que versátil que atrapa ya sea en las grabaciones de su primer y único disco (por poco tiempo) o dejando al público con la boca abierta desde el escenario. Aquí es donde se confirma el talento inmenso de esta banda, donde te quitas el sombrero y te dejas llevar por su embriagador y ardiente soul sureño.

Segunda vez que nos visitan los de Birmingham (Alabama) a la capital en apenas año y medio, y a falta de pocas semanas de que salga a la luz su segundo album nos presentaron un buen puñado de nuevos temas que siguen rondando los mismos senderos que Half the City (Single Lock Record – 2014), orbitando el soul tan enraizado en su estado natal. Muy probablemente el disco no decepcionará, al menos los adelantos All I Ever Wonder y Flow With It (You Got Me Feeling Like) son impresionantes, pero lo que sí podemos asegurar es que cualquier composición suya mejora interpretada en directo. Una banda capitaneada por batería, bajo y guitarra soberbios y engalanada con teclados y un trío de viento es el acompañamiento perfecto para la voz de Paul Janeway. Porque hay que reconocerlo, por muy buenos que sean los músicos, es imposible desviar la mirada del frontman (o mejor showman) mientras desfila de un lado al otro del escenario bailando, moviendo su voluptuoso cuerpo sensualmente (sí, y lo hace bien) al tiempo que derrocha su poderío vocal.

st paul and the broken bones

Entre los 18 temas que componían el setlist no podían faltar las grandes joyas que componen Half the City, como la homónima, la temprana Don’t Mean a Thing o la magnífica Broken Bones and Pocket Change, más calmada al principio pero con un final tremendamente intenso en el que Paul acaba cantando por los suelos, ya habitual pero siempre digno de ver. Ya en los bises brillaron con una triunfal versión de I Want You (She’s So Bad) de The Beatles, bárbara, y finalizaron como era de esperar con una Call Me muy acompañada por el público, sobre todo el tramo final que extienden una y otra vez antes de desaparecer en el backstage. No fallan, un espectáculo impecable, garantizado para próximas citas.