25 abril 2024

Ned Slade es un solterón londinense que vive acompañado por un gato y revistas porno; hasta que un día recibe la visita de los agentes de La Mano, una organización secreta que se dedica a la destrucción de la suciedad, del asco, del mundo ¿real? A partir de entonces, forzado a trabajar para cumplir los planes de la organización, reniega de ella e intentará mantenerse al margen, a pesar de las consecuencias que conllevaría su deserción.

El autor escocés hace honor al título de su novela de principio a fin; hedionda, subversiva y delirante, El Asco es una obra que llega a las entrañas y remueve las neuronas. Es, sin duda, una novela densa. Dentro de un ambiente futurista, crea realidades paralelas y destruye la propia, desmoronando así los cimientos de una sociedad arrogante en la seguridad de su propia existencia.

Morrison maneja la imagen del antihéroe con desenvoltura, con él ahonda en cuestiones del yo interior: quiénes somos, quiénes queremos ser, hasta dónde somos dueños de nuestras propias circunstancias o de qué renegamos. Todas estas cuestiones enlazan con otras nuevas de mayor trasfondo social y actual, el ser humano como creador y destructor desde su propia posición de ser tangible y efímero. O de otra forma, hasta qué rango le eleva su obra y si, como cohabitante del universo, puede manejar sus propios hilos.

En cuanto al trabajo gráfico, el resultado es bastante interesante, no tanto por su uso de la cuarta pared como por el de los colores y las formas, ambos de fuerte reminiscencia psicodélica, que refuerzan el guión de Morrison durante toda la obra; el cual se muestra desde su inicio como una continua sucesión de metáforas apoteósicas y surrealistas. Hay imágenes muy sensitivas, en ocasiones repulsivas, que se encuentran perfectamente encuadradas dentro de ese delirio sacado de la cabeza de Morrison, muy en línea con su obra más conocida y alabada, Los Invisibles. Tan enriquecedora como recomendable.

Título: El Asco (The Filth)
Autor: Grant Morrison
Año: 2003

por Dafne Calvo