“Amore e Salute” es el inminente nuevo álbum de Fitness Forever, y viene cargado de historias de chansonniers, ese tipo de hombre de cierta edad que destila clase, genio, encanto y elegancia, con una voz persuasiva y dotado de una mirada magnética.
Pero la historia de ‘L’Amour‘, el nuevo adelanto del álbum, es la historia de cómo, en un momento dado, Carlos Valderrama se sintió un chansonnier. Lo cuenta el propio Valderrama:
“Una noche, hace unos años, estaba en París con unos amigos. Estábamos en el barrio de Montmartre, a pocos metros de la basílica del Sacré-Coeur, en uno de los lugares más románticos del mundo, y se me rompió el corazón. Había tanta belleza a mi alrededor… Pero el mundo tal y como lo había conocido hasta ese momento parecía desmoronarse.
No me cabía duda de que, en ese preciso instante, a merced de acontecimientos que no había podido controlar, me había transformado en un monumental chansonnier. De vuelta a casa, mis manos tocaban acordes extraños y melancólicos, con las dos manos entrelazadas para crear algo que no esperaba, que es precisamente la introducción de la canción, que se compuso en un flujo mágico y que, tras la intro de piano, se convierte en una especie de vodevil colorista, casi al estilo de Foliés Bergere, en el que el protagonista está rodeado de luces, diversión y gente interesante de la jet set parisina. Da la impresión de divertirse, pero en realidad le gustaría volver a Torre Del Greco y esconderse rápidamente.
Siempre me he sentido inadecuado en cualquier lugar y situación que no fuera mi casa (y preferiblemente solo), y en esto ‘L’Amour’ es una de las canciones que escribí que me representa más fielmente”.
Cinco minutos y medio de ambrosía, un paseo por la delicadeza y el optimismo, un nuevo tema imprescindible de una banda de culto.