Había ganas de bailar al ritmo de ‘El Fuego’, el nuevo trabajo de Los Mejillones Tigre, recién lanzado y presentado el pasado viernes en la capital en la siempre disfrutable Fun House. El sexteto reafirma diálogo con este nuevo disco, en el que crean un universo propio compositivo y melódico, llevándonos de la mano a través de sus ritmos y sus letras hacia el éxtasis colectivo.
Los chamanes del ritmo hacían entrada en la sala con atuendos para la ocasión, el akelarre mejillonero daba comienzo, los ritmos latinos entremezclados con el garage y la psicodelia empezaban a empapar el ambiente de una Fun House a reventar, con una orquilla de edades de lo más variado, el sentimiento bailongo invadía a cualquiera que se hubiera acercado al centro para adorar a los de Jaén alrededor de su Fuego sanador.
Lo de desprender personalidad propia es cada vez más complicado en un panorama musical de copy-paste impostado, pero los Mejillones se alejan de lo establecido, huyen del cliché y lo mismo te suenan a Os Mutantes de party con Gustavo Quintero que a un Ray Barretto de tardeo con Los Brincos, y es que los chavales si de algo saben es de mezclar sin pudor todas sus influencias llevándolas a un terreno modernizado y gamberro.
Desde ‘Dale Candela’ a ‘Radiación’, de ‘40 grados (o más)’ a ‘Sunday Guajira’, de ‘Mejillon Tigre’ a ‘Vacaciones en Jonestown’, de un rito ‘Voodoo’ a ‘La Avioneta’, repaso a la gran mayor parte de sus temas, sin tregua, hidratados, montándola sin miramientos, una clase de fitness para modernos en toda regla. Con ellos el ‘Apocalipsis zombie’ no nos pilla...’Ella no Quiere Bailar’, pero ellos son los verdaderos doctores que nos hacen encontrar el ritmo, sin ninguna duda, y si eso falla, siempre se puede poner remedio con ‘La Danza Del Pacharán’.
Un show en el que la diversión y el gamberrismo se hermanan, no se nos hagan los ofendiditos, al final todos sabemos que la cumbia es el nuevo punk.
