25 abril 2024
Quema la Memoria - De charla con The New Raemon

Miércoles lluvioso en Madrid, nos adentramos con rapidez en el barrio Malasaña para tener una charla y merienda con Ramón Rodríguez, voz, guitarra y alma de The New Raemon. Aunque el ambiente era de lluvia y truenos, esta vez queremos que nos cuente cosas sobre su último trabajo, un libro de canciones ilustrado resumiendo los últimos 10 años de trayectoria: Quema la Memoria.

 

En 2017 se cumplían 10 años del nacimiento de tu proyecto The New Raemon. Y en este 2018, diez años desde que publicaras ese disco que muchos tenemos de cabecera, ‘A propósito de Garfunkel’. La memoria quema, pero se aguanta, ¿sabías que este disco nos ha servido de terapia emocional para más de una ruptura sentimental?

  • Bueno, yo lo hice para eso. En realidad lo hice para reconquistar a la chica y volvió, pero no por el disco, el disco no le gustaba nada [Risas] Al final como había tanta gente implicada, se grabó y se publicó. Por los amigos, más que nada, porque yo pensaba “si no le gusta, para qué lo voy a grabar“. Y creo que por eso le gusta a la gente, es transparente, por eso cayó en grancia. El mensaje es sencillo, el tono es personal, tampoco es muy poético el disco, es muy literal. Sólo le faltan nombres y apellidos. Es esa franqueza lo que hizo que el disco tuviera tanto recorrido emocional con la gente durante tantos años. Todavía hay gente que lo descubre ahora y se emociona igual, por eso, porque es todo como muy de verdad.

 

¿Qué le dirías al Ramón de hace 10 años?

  • Nada, no le diría nada. Tampoco me haría caso [Risas]

 

En ‘Quema La Memoria’ Paula (Bonet) mete lápices a tus letras, ¿os planteáis algo en sentido inverso y darle tu letra a sus ilustraciones?
  • No, ilustraciones no, porque yo quería ser ilustrador pero lo dejé cuando empecé a tocar. Luego me arrepentí, y por eso he escrito comics después, como guionista, y busqué gente que los ilustrara… Pero bueno, también entiendo que si no, no hubiera tocado y todo no se puede tener, hay que sacrificar cosas. Pero no me veo ilustrando nada.

 

¿Y al revés, poniendo tú la letra y ella las ilustraciones, en un proyecto paralelo?
  • Eso sí, pero ella escribe muy bien. No me necesita.
¿Qué tal ha sido la acogida de “Quema la Memoria”?
  • Bien, se ha vendido muy bien el libro, el disco también. Fue una cosa casual que hicimos casi por accidente, y la verdad que ha quedado muy chulo. Sobre todo el trabajo de 10 años, ver todas las letras, y verlas así. No hay tantos libros de letras.
Hay mucha gente que lo ve como un greatest hits de The New Raemon, pero al final, no es así, ya tuvisteis el “Epés Reunidos”…
  • Es como un resumen, como un punto y aparte. Lo he hecho más para clasificar todo el trabajo que se ha hecho hasta ahora y seguir adelante. No olvidándolo, claro, porque muchas canciones las vas a seguir tocando, pero es mucho trabajo…era como para poner un punto y aparte a 27 años de estar tocando, en realidad. ¿Qué has hecho desde que empezaste hasta aquí? Pues esto es gran parte de eso. Necesitaba por una cuestión mental ordenarlo y ponerlo en un sitio. Como en un videojuego del Mario, vale, voy al Mundo 2.
The New Raemon gira Quema La Memoria en Valladolid
¿Te ha costado mucho hacer esta selección de canciones? ¿Te han ayudado o te ha dado muchos quebraderos de cabeza?
  • Estaba el condicionante de la duración de un vinilo. Como cada cara dura 20, he tenido que sacrificar alguna que hubiera puesto, hay alguna que no he puesto porque si ponía esa que era demasiado larga, me comía dos de las otras... También había que pensar en el público, las canciones que te piden más. “La Cafetera” tenía que estar, tenía que estar “Sucedáneos”, “Lo bello y lo bestia”.. No las puedes quitar.
Bueno, “La Cafetera” la has puesto, pero le has metido tu giro ahí…
  • Eso es, exacto, la voy a poner pero le doy una vuelta. Intenté hacer el orden dando importancia a otras canciones que yo pienso que tienen algo más especial… Ha sido más que nada un tostón hacer muchos órdenes distintos, hasta que he encontrado al que se acerca al que me hubiera gustado hacer si tuviera dinero para un disco cuádruple… Pero como no hay dinero para hacer para cuatro vinilos, así que se quedó.
La versatilidad que te da el llevar casi tres décadas en esto de la música te permite volar libre con banda, con amigos o con tu guitarra, ¿Cómo compaginas todos tus proyectos musicales y tu vida familiar?
  • Lo familiar es fácil porque mis hijas también tocan y se van los fines de semana a tocar fuera. Mi pareja es bailarina profesional también, a veces viaja por Europa y está dos semanas fuera y yo estoy con el niño. Es fácil, más o menos, porque todos somos como “artistillas” en casa, aunque tenemos que estar siempre con la agenda encima, sobre todo por el niño. Mi pareja y yo vamos jugando con la agenda, “este mes te vas más tú, me quedo yo”. Su trabajo es más intenso que el mío, yo ya me lo sé. Nosotros cuando vamos de gira, cuando arranca, sí que hacemos un ensayo general. Pero como ya nos sabemos el repertorio, sabemos que funciona, pues tocas y ya está. La danza es algo más complicado, hay más gente, requiere muchos ensayos, muchas horas… hacemos lo que podemos, pero sí que estamos cada uno sometido a la agenda del otro. Si ella tiene mucho más trabajo un trimestre, yo intento tocar menos ese trimestre. Pero es fácil porque ella también entiende que estés fuera, y tú entiendes que esté fuera ella.

 

 

 

Ahora a Madrid vienes con banda para Quema la Memoria, en Valladolid el otro día también, hay veces que te hemos visto en el Fotomatón tocando tú solo en acústico… ¿qué llevas mejor, tocar tú solo o con la banda?

  • Depende… Ir con la banda te da tranquilidad. Suena todo lo que suena, y ellos tocan super bien, así que disfrutas el bolo. Y es una energía distinta tocando con ellos, y el público lo recibe distinto. Pero también hacer un bolo tú solo una hora y media, en un sitio pequeño, que tienes el público super cerca, y lograr que el bolo se aguante con la guitarra y tu voz… A veces es más gratificante que lo otro, que no deja de ser más pirotécnico. Aquí estás muy desnudo, no hay trampa ni cartón. Y si te sale bien, a nivel personal es como hostia, guay, eso es que las canciones pesan, tienen un peso incluso tocadas de una forma tan rudimentaria. Entonces, aprendes mucho a tocar y a cantar, sobre todo, cuando no tienes a los demás. Porque no toco igual cuando tengo a la banda que cuando toco yo solo, las toco bastante distinto. Juegas más con la dinámica, el bolo no puede ser mecánico cuando tocas tú solo, tiene que haber picos. Igual que en concierto con grupo, es el repertorio el que marca los picos. Si tocas todas super intensas todo el rato, al final estás narcotizado y al final te suenan todas igual. Cuando tocas tú solo tienes que aprender muy bien a usar todos los recursos. Con mucho menos, que pasen más cosas. Cuesta un tiempo aprender, pero cuando lo consigues, las sensaciones son distintas.

A raíz de esto, nosotros te hemos visto varias veces en solitario por aquí y siempre interaccionas bastante con el público…
  • Eso más cuando estás solo, cuando voy con la banda todo es más seguido, un tema tras de otro y tienes poco espacio para interaccionar con la gente. Pero cuando hay poca gente, da más juego. También es para quitarle peso al repertorio porque todo el repertorio es un poco así… meláncolico o como quieras decirlo. Como no te pongas a quitarle peso de una forma más natural y humana dicen “vaya tostón de recital”. Intentas hacerlo más ameno y divertido, pero sin que pierdan la atención en las canciones y cuando ya las tocas, las tocas en serio.

 

Pero incluso cuando te vimos con Ricardo de McEnroe en el Circo Price, con “Lluvia y truenos”, también tuviste tus chascarrillos con el público
  •  [Risas] Bueno, Ricardo es más tímido que yo, aunque yo también lo soy. Ricardo casi no dice nada el pobre, pero lo guay es que cuando se emociona, le ves que de verdad se ha emocionado. Y a veces se arranca y al final del bolo dice algo. Pero es más retraído que yo, así que fue por quitar seriedad entre tema y tema, por agilizar los silencios. Para que se sintiera cómodo, se pone más nervioso a veces.
De todos es sabido que lo mismo nos dejas con la lágrima en los ojos con canciones como “El Yeti”, que te sales por peteneras e imitas al gran Chiquito de la Calzada. La vena monologuista ¿qué tal la llevas?
  • No sé cómo la llevo, la verdad, a veces se me va la pinza… Tengo alguna pauta, algún chascarrillo, pero tampoco me gusta preparármelos. Depende mucho de la reacción de la gente, siempre digo la primera cosa que me viene a la cabeza. Que si alguien repite, no vea el mismo bolo, que está todo preparado. Me gusta más este rollo loco de improvisar, que a veces te sale guay y a veces… [Risas]
El otro día hablando con Jordi (Siete70) y Joanra (ex Love of Lesbian), ahora compis tuyos en Musicbus, y también papás recientes nos decían que al contrario de lo que muchos piensan, su trabajo les permite disfrutar más de sus retoños ¿tú te embarcas en giras extensas pero estás disfrutando más de tu familia que el típico oficinista ‘amargao’?
  • Mi mujer trabaja más entre semana porque también da clases de danza en una escuela. De lunes a viernes yo veo al crío desde que se levanta hasta que se va a dormir. Y yo cuando estoy con él, estoy con el crío y ya está, ni miro el móvil. Porque ya trabajo el fin de semana. Cuando mis hijas eran pequeñas fue distinto, sí tenía un trabajo de oficina y tal, y los primeros años era una mierda porque sólo las veía por las noches y los findes. Ahora puedo estar con el pequeño casi todo el día y tengo una relación muy guay…. básicamente, soy su esclavo, si quiere paseo, paseamos, si quiere jugar, jugamos. Y ya cuando se va a dormir, trabajo. Y también, es que me apetece así.
En nada finiquitas tu nuevo disco, y hemos leído por ahí que cambias de registro totalmente. ¿A qué se debe, en qué sentido es este cambio?  
  • Tampoco es eso, yo soy como soy y toco y canto como lo hago yo, ya es reconocible. Ya es imposible después de tanto tiempo no sonar a ti. Pero he intentando cantar distinto y las letras son distintas. Sobre todo líricamente y la forma de cantar, he trabajado para que suene distinto.
 
Vas a producir el nuevo trabajo de Javier Álvarez, ¿echarás de menos la voz de Miguel Angel Blanco un poco? ¿Es cierto que tu primer álbum miraba a Javier muy de cerca? 
  • Miguel Ángel es muy guay y grabar sus voces es muy divertido, pero también cansa tantas horas grabando gallos… [Risas] Es broma, yo me lo paso muy bien haciendo sus discos. Esto es distinto, es otra historia. A Javier le conozco hace unos años ya, por admiración. Siempre digo que el disco de Garfunkel no existiría sin Javier Álvarez, porque era el espejo en el que me miré. No había tantos cantautores de mi generación que me interesaran en castellano, era un poco por devolverle el favor.
 The New Raemon gira Quema La Memoria en Valladolid
El tema del consumo express está afectando a todo hoy en día, no vemos que la gente escuche un disco atento una y otra vez, prima el hit y la rapidez. Consumimos citas en Tinder, series en HBO o Netflix, stories en las redes sociales… ya es que ni leemos los pies de foto ¿Cómo afecta esto a la carrera musical? ¿Hay un ‘fast food’ llevado a la música?
  • Pues no lo sé… Siempre ha habido dos tipos de gente, los que escuchan música y los que consumen música. Lo único que ahora es como más visible que antes, pero la gente que quiere escuchar música, seguirá escuchando música. Pero yo creo que el público cuando viene a mis bolos, ya sabe a lo que viene.
 
De todos es sabido que te molan las colaboraciones, inmenso ese último disco con Ricardo (McEnroe), o “El problema de los tres cuerpos”, con Ricardo Nixon y Vicente, o bien, en tu particular partido político con Maria Rodés y Martí Sales (Convergencia i unió). No te vamos a preguntar por política, pero ¿habrá nuevo asalto con Ricardo? ¿O tienes pensado algún nuevo experimento con nuevos compinches?
  • Con Ricardo seguro que haremos algo algún día, eso seguro, lo que no sé es cuándo. Yo ahora saco disco en Septiembre y a lo mejor estamos 2 años con esto. Y Ricardo acaba de sacar el suyo y seguro que en dos años, ya ha hecho otro, con McEnroe o él sólo. Así que nos pasará como con este, que estuvimos dos años esperando disponibilidad para poder hacerlo, pero seguro que hacemos otro porque quedamos muy contentos y nos gustó mucho a los dos. Pero claro, con más presión, porque este quedó muy chulo, hay que hacerlo bien. Es el disco del que más contento estoy, los otros son más anecdóticos, puntuales… Pero este es más como una entidad, es una cosa de los dos. Eso es muy complicado que pase, tenemos una forma muy parecida de entender el lenguaje de la canción, y aún así, somos muy diferentes. Y eso se aprecia.