25 abril 2024

Ayer, jueves 26 de noviembre, Rufus T Firefly actuó en un marco incomparable. La Sala Autoreverse del Teatro Zorrilla de Valladolid.

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Para aquellos que nunca hayan podido disfrutar de uno de los numerosos conciertos que Pasion Eventos realiza con este formato, les pido que se imaginen la sensación de ver a un grupo desde el escenario de un teatro con 125 años de historia, tras el telón, bajo la tramoya. La inversión de la posición preestablecida (los asistentes ocupando el lugar asignado para los artistas y viceversa), las butacas del teatro como telón de fondo y el grupo tocando de espaldas a la orquesta, genera una sensación mágica e inigualable.

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En un escenario así, un grupo como Rufus T Firefly escala posiciones, si bien su directo ya está en unos niveles que ya quisieran para si otros grupos más conocidos de la escena nacional. La energía que derrochan sobre el escenario, su perfecta sincronización y el ritmo que imprimen a sus canciones consiguen atraparte desde el minuto uno del concierto. Aunque el volumen estaba excesivamente alto, los instrumentos se percibían limpios, bien definidos, si bien es cierto que el volumen del teclado (especialmente los agudos) resultaba un poco molesto y cuando sonaba el melodion camuflaba el sonido de otros instrumentos.

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Mención especial merece la batería del grupo, Julia. Es una gozada verla tocar con tanta pasión, con tanta furia, con tanto ritmo. Y no es la única, Victor Cabezuelo vuelca todo su entusiasmo en la guitarra y el teclado, consiguiendo que el público se empape de ese delirio que Rufus T Firefly, en su conjunto, crean sobre el escenario. Tampoco podemos obviar la aparición en escena de un colorido taladro con cuyo sonido, distorsionado, consiguieron sorprender a los asistentes.

El protagonista de esta gira y, por tanto, del concierto en la Sala Autoreverse del Teatro Zorrilla, es su último disco Nueve, con el que están consechando grandes alegrías. El publico aplaudió la puesta en escena de grandes canciones de este último trabajo como “Midori”, “Pompeya” o “Nueve” y en general, la actuación de un grupo con una larga trayectoria pero un reconocimiento, bajo mi punto de vista, escaso. Aunque parece que la situación está cambiando.

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 Fotos: Beatriz Buitrón