La versión navideña del Starlite en Madrid se vio empañada por la existencia de entradas duplicadas, problemas organizativos y un descontento general durante el concierto de Sting. Estos imprevistos impidieron a muchos disfrutar de la genialidad de sus canciones y rememorar la esencia única del icónico músico. ¡Compartimos crónica!
La gira “My Songs” aterrizó en Madrid, mostrando una carrera repleta de clásicos.
Pese a todo, llegó un momento en el que por fin conseguimos introducirnos en el concierto. Sting sigue siendo un artista innegablemente talentoso, con un repertorio de oro. Además, mantiene un estado físico formidable y preserva su voz. Si decidiera compartir algunos vídeos sobre sus hábitos de salud, seguramente serían un rotundo éxito.
Para algunos, podría haber ofrecido un setlist más ambicioso, mientras que otros podrían no tener reservas al conformarse prácticamente con una serie consecutiva de éxitos. Sin embargo, cuando esta secuencia se transforma en un insistente disparador de recuerdos, cualquier reticencia desaparece y hay que destacar que el sonido fue espectacular. “If I ever lose my faith on you” o “Wrapped around your finger” son algunas de las que disparaban recuerdos pero con fuegos artificiales.
Antes de “Brand new day”, Sting compartió que una de sus partes preferidas durante la grabación de esta canción fue cuando el gran Stevie Wonder tocó la armónica. En tono bromista, Sting se acercó a su músico Shane Sager, virtuoso de la mélodica, y le soltó: “Soy Stevie Wonder, ¿estás preparado para la canción que viene?”. Tímido pero pero confiado, Sager respondió: “sí”, y vaya que sí, el músico realmente lo clavó.
Algunas de las contribuciones más carismáticas de la noche llegaron de la mano de sus coristas Gene Noble y Melissa Musique, quienes tuvieron su momento para brillar en el espectáculo. Musique prácticamente se apoderó de “Heavy Cloud No Rain”, y era evidente que Sting disfrutaba cada instante con ella entonando la canción.
No podemos pasar por alto la destacada actuación del experimentado guitarrista Dominic Miller, que ha estado con Sting desde 1991 y quien aportó exquisitos toques atmosféricos en “Walking on the Moon” y líneas de guitarra clásica en “Fields of Gold”, incorporando nuevas texturas a estas melodías.
Ojalá la situación desagradable que vivimos esta noche no me hubiera distraído tanto, permitiéndome apreciar mejor el trabajo de Kevon Webster a los teclados y de Zach Jones a la batería. No obstante, no estaba lo suficientemente despistada como no darme cuenta del mashup de mi canción favorita de la noche “So lonely” con un fragmento no tan obvio de “No woman, no cry” de Bob Marley.
Uno de los momentos más conmovedores de la noche vino de la mano del clásico icónico “Every Breath You Take”, seguida del tema favorito de muchos de los fans de The Police “Roxanne”. En el bis ya nos levantamos todos a cantar y a bailar y no se me ocurre un mejor cierre que la tierna interpretación de “Fragile”.
Con una camiseta gris ajustada y ligeramente desgastada, Sting tocó principalmente su bajo Fender Precision del 57 ya viejo, golpeado y con el recorrido de muchos conciertos. De mirada clara y algo conversador en sus palabras, pero haciendo ingenio de su español, el artista británico se movió por el escenario dando vueltas enérgicamente.
Recorriendo toda su carrera y abarcando prácticamente todos los álbumes de The Police y en solitario durante las últimas seis décadas, Sting nos recordó lo maravilloso que es como creador de canciones. ¡Gracias y hasta la próxima! No con Starlite, por favor.