27 marzo 2024


Si no existieran The Drums habría que inventarlos. Nos gusta todo de ellos: su estética ochentera a lo My Own Private Idaho de Gus Van Sant, el descaro con el que cruzan letras depresivas (“I am only happy when I am sad”) con sencillas instrumentaciones que te ponen a bailar a la primera escucha, la raquítica y directa producción de sus videoclips y también, por qué no, que la elección de Obama les diera ganas de surfear.

Nacidos a finales de 2008 en el neoyorquino barrio de Brooklyn y mimados desde el principio por la crítica especializada –NME a la cabeza–, en poco más de un año han revolucionado la escena independiente internacional, el tiempo que ha tardado su disco homónimo en ser reconocido como uno de los mejores estrenos de los últimos años.

“Pasamos de los sintetizadores a las guitarras sin haber aprendido jamás a tocarlas”, comentan en referencia a su anterior etapa en Elkland, el grupo con el que Jonathan Pierce y Adam Kessler empezaron en 2005. Jacob Graham y el batería Connor Hanwick completan el cuarteto.

El disco de The Drums –editado el pasado 7 de junio– se construye a partir de bases muy marcadas de batería o guitarras (Best Friend, Me And The Moon) con sencillos acordes de guitarra, la característica voz de Pierce y algunos arreglos que dan unidad al conjunto. Let´s Go Surfing es el hit que les ha dado a conocer y perfecto ejemplo de la línea por la que parecen guiarse. Pero para tema pegadizo su Forever And Ever Amen, con el que demuestran que con los ingredientes de siempre se hace la mejor tortilla, sólo hay que cuidar que las cantidades y los tiempos sean los adecuados. Candidata ya al topten de 2010.

El disco pierde algo de fuelle al final, aunque se completa con los temas añadidos en el EP Summertime, editado previamente y donde aparecen joyitas como I Felt Stupid, Submarine, Don´t Be A Jerk, Johnny o Saddest Summer.

Con un sonido muy cercano a The Smiths y que nos trae a la mente, entre otros, el surf-rock de los Weezer, la cercanía geográfica y en el tiempo con los modernísimos Vampire Weekend, los primeros Interpol y hasta The National, los emparenta con algo de todos ellos sin sonar a ninguno. No hay más que escuchar Jonathan Low, el tema que los primeros han colado en la enorme banda sonora de The Twilight Saga: Eclipse.

Para los que no los conozcáis (no creo que queden muchos), os dejamos con dos de los videoclips que han grabado para los temas Best Friend -¿homenaje al Boys Don´t Cry de The Cure?-, y el ya comentado y adictivo Forever And Ever Amen.

The Drums tocan en Madrid (Sala Heineken) y Barcelona (Sala Razzmatazz 2) los próximos 12 y 13 de noviembre, respectivamente. Entradas en ticketmaster.es.

httpvhd://www.youtube.com/watch?v=MUubQj7g56E
http://www.youtube.com/watch?v=Kkk8kUGWYZA&feature=related