26 abril 2024

Conocí a The Wave Pictures hace año y medio. Laika organizaba uno de sus Conciertos Invisibles y regalaban una entrada para verles en un Colegio Mayor. Un salón de actos mínimo, y lleno hasta la bandera. Me sentí como un bicho raro cuando comprendí que todos les conocían. Y no era para menos. Regalaron un fantástico concierto en el que no faltó de nada: paseo del frontman con la guitarra, cantando sin micro, paso a primer plano del baterista… Geniales.

Desde aquel momento me volví adicto a sus discos. Por aquel entonces publicaban lo que aproximadamente puede considerarse su segundo álbum de estudio, If You Leave It Alone (aunque esto es algo bastante relativo), y desde entonces no han parado. Su prolífica actividad realmente está compuesta por bastante más que tres álbumes. Sin ir más lejos, acaban de publicar Play Some Pool, un disco de versiones de Bruce Springsteen, tras haber colaborado en un recopilatorio de homenaje.

Susan Rode The Cyclone, el álbum que nos ocupa, se compone de 10 cortes, buena parte de ellos ya conocidos por, por ejemplo, su inclusión en el EP Sweetheart. Abre con Kittens que, lejos del intimismo con el que comenzaba el anterior trabajo If You Leave It Alone, deja claro que éste será más rockero y con mucha más presencia de la guitarra eléctrica. Y no me extraña. David Tattersall es un virtuoso al que realmente vale la pena ver en directo y de cerca. Y si no te basta con esa guitarra, escucha las letras. I Shall Be a Ditchdigger sigue en esa misma línea, incorporando unos coros que invitan a cantar con ellos con una cerveza en la mano como en cualquier pub inglés de la que podría haber salido, haciendo propias las letras (“admit you’ve got a heart, although it’s small and feeble, and you can’t remember when you last used it…“). Sweetheart, el tercer corte, daba nombre a su anterior EP, y es mucho más melódico, buscando unas letras más poéticas para una canción puramente de amor.

Párrafo aparte para una de las joyas del álbum. Cinnamon Baby es la canción más potente, con una batería poderosa, una letra sencilla (en la que describe a una chica), y, sobre todo, un salvaje solo de guitarra que eclipsa todo lo demás. Salvaje, impresionante… Me muero de ganas de verla en directo.

Tras la descarga de adrenalina, la preciosa Throwing Words, en la que las letras cobran protagonismo, y I Just Want to Be Your Friends, más festiva, pero también algo más predecible y repetitiva que el resto (aunque no puedo dejar de repetir eso de “you asked me why work hard when you can work clever“). Seguimos con Blind Drunk, sencilla pero eficaz fotografía de un día de resaca, recordando la noche anterior e intentando arrastrarnos fuera de la cama. Marie Again, la siguiente, es prototípica de su estilo, pero no especialmente destacable.

Nuevo párrafo aparte para Susan Rode the Cyclone. El Cyclone es una montaña rusa de Coney Island, y la canción nos traslada a un ¿sueño? ¿pesadilla? en la que una chica (Susan) sale volando de la atracción. Instrumentalmente basada en un punteo y un bombo que realmente te para el corazón, y que acaba con un guitarreo y batería que se va acelerando hasta el final. A escuchar una y otra vez y buscarle interpretaciones. Se prestaría perfectamente a un preciosista videoclip de animación… Gran canción merecedora de dar título al álbum, que acabamos con American Boom, que recuerda más al estilo de If You Leave Alone y en la que parece rememorar un otoño de su juventud y un amor que no llegó.

Un grandísimo trabajo, en el que destacamos Cinnamon Baby, Susan Rode the Cyclone y Kittens, pero que no tiene desperdicio ninguno. No pierdas la oportunidad de verles en la gira por España.