El día comenzó interesante… Sin idea de lo que nos iba a deparar más tarde (y tanto más tarde), comenzamos acercándonos a la matiné que se había preparado en mambo, donde disfrutamos de la actuación de una de las bandas a priori más interesantes del festival. Y es que de nuevo veíamos a la Elastic Band en un escenario que no le correspondía, o más bien una hora un poco desafortunada: dentro de la sesión matinal de mambo. Y es que con la calidad que atesoran y lo original de su propuesta les esperábamos por lo menos en escenario (más) grande y a una hora menos prudencial, pero a alguien le tenia que tocar. La verdad es que metidos en faena ya dio lo mismo porque el carrusel de sonidos que trae la banda elástica nos metió de lleno en una espiral psicodelic-folk-glam, en la que ayudándose de bases electrónicas pregrabadas -que de vez en cuando despistaban un poco- el grupo desplegó su rock’n’roll de rifts con mandolina eléctrica y sonido casi espacial. Un sonido único en el panorama español que parece que se va abriendo hueco, en vista del llenazo de la sala para el concierto, y que seguirá haciéndose grande con directos como estos en los que demostraron que saben lo que hacen con sus instrumentos y más importante hacer disfrutar a la gente.
Tras la Elastic Band pudimos ver, poco, al ya mítico Cooper, y decimos que poco ya que el grupo comenzó a tocar casi a las tres de la tarde en la Matiné de la Sala Mambo, haciendo casi imposible la tarea de comer tranquilo, descansar un poco y prepararse, inicialmente, para entrar al pabellón Feria de Muestras bien puntual a las 1800h para ver a los locales Arizona Baby.
Una vez dentro del pabellón fuimos testigos de los primeros retrasos de festival, tónica que se repetiría a lo largo de las más de diez horas que estuvimos allí dentro. Y como siempre alguien tiene que pagar el pato, esta vez le tocó a la primera banda de la tarde, la, no demasiado bien programada, Arizona Baby, y decimos no demasiado bien programada porque una banda con un directo tan potente y movido no debería haber sido programada tan pronto. Los de Vielba presentaron en primicia los temas de su nuevo disco ‘Second to None’, y ‘Shiralee’ sonó para abrir el repertorio. Eso sí, no sonó como debería ya que, durante los dos primeros temas, los problemas técnicos afloraron… ¡llegando incluso a tocar sin las pantallas activas para escucharse a ellos mismos! Por desgracia todo esto se notó y su hit sonó la mar de descafeinado… En el tercer tema parece que todo volvió a la normalidad y los chicos sonaron de maravilla, aunque notamos que la disposición de los músicos en el amplio escenario del Twoday no fue la adecuada. Se notó una falta de complicidad y unidad entre ellos, suponemos debido a los problemas iniciales y el nerviosismo que ello conllevava en el estreno en su propia casa, comprobando que Arizona Baby son un grupo que se disfrutaría el triple en una sala pequeña más cercanos entre ellos y al público. A pesar de todo esto, el cuidadísimo sonido sureño que nos ofrecieron nos dejó un muy buen sabor de boca toda la noche, tanto que tras su actuación adquirimos una copia de su disco (que en breve reseñaremos). En definitiva, grupazo que disfrutaremos el próximo 3 de Diciembre en la Sala Mambo como dios manda.
La preciosa Zahara no se hizo esperar demasiado. En segundo lugar en el orden de actuaciones saltó al escenario con un precioso vestido negro. Sin duda, ésta ha sido, hasta ahora, la actuación a mayor escala que ha tenido la jiennense después de sus pequeños conciertos anteriores en el café teatro. Zahara decidió comenzar el concierto siendo la Chica más Pop del festival, y así no tardó nada en meterse a todo el público en el bolsillo siguiendo con ‘Todo lo Demás’. Todo el mundo se pregunta a día de hoy si podremos seguir considerándola parte del panorama indie nacional durante mucho tiempo debido al despegue mediático del que ha gozado este verano. Sin embargo, independiente o no, sigue enamorándonos a todos. La siguiente canción que tocó fue ‘Photofinish’, para después deleitarnos con una novedad que no sabemos si será o no un adelanto de su próximo trabajo; no estaría mal, por que la verdad es que prometía. Magnífico ese ‘Olor a mandarinas’, rodeada de ese humo espeso que salía de los cañones, flotando entre esa nube preguntándose a qué huelen las cosas, con ese brillo en los ojos y en la voz explotada al máximo al final de la canción. Siguió con ‘Tú me llevas’, como un trámite para llegar a, esta vez esperado, ‘Funeral’ donde de nuevo el público lo dio todo abriendo los brazos, la garganta y el alma, para culminar, como no, con ‘Merezco’. ¿Fue una forma de pedirnos ovaciones? ¿Sabe Zahara lo mucho que merece? Estamos seguros de que no podría haber alcanzado el éxito de mejor forma que con ese título y todos sabemos que se lo merece todo, y no por tonta precisamente… como dice su canción.
La más flamenca del cuadro apareció con largas faldas y guitarra colgada del hombro para enseñarnos junto a una banda con David Rodríguez, de Beef, pero sin violín ni cajón flamenco, su debut “Romancero” que como presentó Chema Rey es una suerte de pop “mesa camilla”, sincero, delicado, cercano en experiencias y con unas melodías irrepetibles. La Bien Querida repasaba este disco que fue la base de este concierto y, sabiendo que más de la mitad del mismo son grandisimas canciones, podríamos achacar a múltiples factores el hecho de que su directo no nos emocionase tanto como cuando descubrimos Romancero: que Zahara justo antes se lució bastante con más fuerza de lo que nos esperábamos, que este tipo de música suena mejor en salas pequeñas y acogedoras, que no ayuda mucho un sector de publico que se dedique a despistar cuando no conoce al artista o a que teníamos muchas ganas de verla. Alguno de estos factores o todos a la vez pesaron a un concierto con algunos altibajos, sobretodo al inicio, que remontaron a medida que avanzaba e iba apareciendo la artillería pesada que esperábamos. Entre esas la planetaria “El zoo absoluto”, con unas guitarras aceleradas y el violín nodeltodoperosuficientemente suplido por el teclado, que sin tener una percusión del todo lograda supuso uno de los puntos álgidos del show, como la semi-acustica “7 medidas de seguridad” con la flauta travesera y su final vibrante o la grandisima “De momento abril”, que se guardó para el final como manda la ley, y fue celebrada por todos los asistentes.
Esperados como “one hit wonders” tras el éxito de los pegadizos y entrañables “tonight, tonight” de la canción del anuncio de estrella Damm, no había demasiadas espectativas con Billy the Vision and the Dancers, sin embargo fueron un espectáculo desde el momento en que pisaron el escenario. Tras relajarnos demasiado con La Bien Querida, el público recibió con energía ritmos más moviditos y bailables de este octeto de suecos que armados cual murga con los más diversos instrumentos salieron a las tablas a pasar un buen rato mientras nos lo hacían pasar también a nosotros. Ya de entrada sorprende el hecho de que su líder y cantante, Lars Lindquist, sale travestido y lleno de energía acompañado por una bajista embarazada ceñida en un traje a lo Olivia Newton-John y de coristas/instrumentistas con vistosos trajes de estilo sesentero; pero ahí no se queda todo. El cantante no dejo de moverse y de calentar el ambiente con su pop con tintes folk, con los ritmos afros y latinos de los timbales e incluso con algún regustillo ska como en la primera canción del concierto: “Groovy”. Sonaron también A Man From Argentina, Nightmares y por supuesto su hit Summercat, temas que nos dejaron un buen sabor de boca y que os podeis descargar de su web.
Y, tras las dos féminas anteriores, Lagartija Nick saltaron al escenario para poner un poco de mala leche a una jornada que se estaba tranquilizando. Con una actitud a 10.000 kilómetros por detrás trajeron, por primera vez al Pabellón, la oscuridad, el ruido con guitarras siempre punzantes y feroces que no dieron tregua alguna. Todo el subidón que ya nos había producido se contrarrestó con la sosegada actuación de Rosenvinge… otro fallo de programación…
Y por fin llegó Christina Rosenvinge, como una píldora que calma el ánimo, tan ansiada después de disfrutar de los Lagartija Nick. Cómo no, en su presentación se habló de sus anteriores aportaciones al mundo de la música que, en nuestra humilde opinión, poco se pueden considerar precedentes de sus trabajos más actuales. Sin embargo, aunque haga cosas totalmente distintas, ella sigue siendo exactamente la misma, con su mismo porte, con su mismo aura. La rubia decidió comenzar el concierto con uno de sus mayores éxitos de su etapa anglosajona King Size del disco Foreing Land (2002). Sus más ardientes fans no podían contener la emoción y rozaron la histeria cuando Rosenvinge se arrancó con los temas de su último trabajo en castellano comenzando apasinadamente por ‘Tu boca’, que sin duda tuvo un efecto totalmente catártico sobre el público. Después pasaron ‘Las horas’, ‘Negro Cinturón ‘y Christina por fin decidió sentarse al teclado para tocar las tres últimas y mejores canciones del concierto. ‘La distancia adecuada’ una vez más fue tema de conversación por las controvertidas opiniones que versan sobre su interpretación, que nos quedaremos sin saber si vuelan más puñales en esa canción que en ‘Anoche’, donde el teclado nos hablaba de puñales, de memoria y de culpas sin importancia. Sin embargo, Christina no quedó exenta de culpa de erizar a golpe de tecla cada uno de los pelos del auditorio con una interpretación de Eclipse totalmente sublime. Fue el punto álgido, una magnífica nota final.
Tras reponernos de la emoción con la que nos dejó Christina, llegó la presentación de Lourdes, uno de los conciertos más esperados del festival. La madrileña fue comparada con Audrey Hepburn, y son tantas las comparaciones que se han hecho… y siempre con las más grandes. Y es que Russian Red ya no tiene flequillo, ni el pelo negro, pero sigue siendo la misma, la misma esencia, la misma claridad, la misma pulcritud, la misma paz. Comenzo con su famoso ‘Take me home’ con el que fue poniendo al público a tono, para continuar con ‘No past land’, esa canción que simpre consigue que todos nos quedemos boquiabiertos sin poder dejar de mirarla. Lourdes además se atrevió con un par de canciones nuevas y algunas versiones. En cuanto a novedades, esperábamos alguna más después de lo que nos habían comentado del festival de Salamanca y del fantástico concierto de este verano en la playa de San Sebastián, aunque las dos que nos ofreció fueron un regalo genial de lo que promete ser un nuevo disco mucho más movido que el anterior. Además, no podían faltar clásicos como ‘Gone, play on’, o ‘Cigarrettes’ aunque esta vez no fue ella quien pulsó las tablillas de su xilófono amarillo. Lourdes eligió para finalizar una versión del clásico de Smith, ‘Baby it’s you’. Maravillosa.
Una de las actuaciones más espectaculares de la noche nos vino a cargo de Sidonie: tanto en iluminación, actitud, efectos y sobretodo en espectáculo los tres barceloneses ofrecieron su directo a un gran nivel, mostrándonos su faceta rockera de siempre, por encima del pop más suave que facturaron en el genial “Costa Azul” y su nuevo -y algo flojucho- “El incendio”. Presentaron un setlist para todos los públicos en el que repasaban ,casi por orden de aparición, sus singles más pegones, véase el archi-conocido “El incendio” (con gran excitación de toda la audiencia, un éxito para Sidonie que dejaron atrás el castellano para llegar a más gente), “Un día mas en la vida” -fantástico medio tiempo melancólico en el que recurrieron a Zahara para la parte femenina de la canción-, “Fascinado”, “Nuestro baile del viernes”,… dejando para el final de la fiesta los fuegos artificiales -metafórica y literalmente, ya que hubo pirotecnia en el escenario- con los clásicos de sus primeros tiempos más británicos y psicodelicos en los que, esta vez sin sitar, dieron rienda suelta a las guitarras para hacer un poco de ruido. En resumen uno de los conciertos más adecuados del festival, que tanto gustó a publico como convenció a los reticentes de la banda.
Pensaréis que ahora hablaremos del, según dicen, magnífico concierto de Ivan Ferreiro pero no… Debido a que en ninguna de las pseudo-barras del recinto había ni rastro de comida, tuvimos que salir fuera a encontrar a altas horas de la madrugada un bar en medio de la nada… Como era de esperar, la tarea fui imposible y tuvmimos que asaltar prácticamente una Cafetería y su pequeño stand de bollería. Punto negativo a la organización por no haber previsto esto como hacen el resto de festivales supliendo de miles de bocadillos a los asistenes.
Tras nuestro pequeño y merecido descanso, volvimos al casi desalojado recinto con la ilusión de ver al grupo cabeza de cartel, Camera Obscura. Para ello tuvimos que tragarnos otro retraso para ecualizar y hacer las pruebas de sonido de sus teloneros oficiales, Magic Arm, un bizarro dúo de pseudo folk-electrónico que, por suerte para el no muy numeroso público asistente, no tocó más que tres temas. Con el cansancio acumulado y las ganas de ver a Camera Obscura no pudimos disfrutar demasiado de este concierto incluído con calzador… pero prometían.
Por fin, y a las tres y media de la madrugada, aparecieron en el escenario los de glasgow con un repertorio que se centró prácticamente en su nuevo trabajo ‘My Maudlin Career’. No hay que ser un genio para saber que un grupo de indie-pop tan edulcorado como Camera Obscura no debería tocar a esas horas en un festival tan largo ya que, como nos suedió, a pesar de que su directo fue magnífico no se disfrutó ni a un 50%. Ni siquiera esa maravillosa canción titulada ‘Lloyd, I’m Ready to be Heartbroken’ consiguió que el reducto de fieles levantasen los brazos al ritmo del feliz tema. Su concierto finalizó a más de las cuatro de la mañana y, ni que decir tiene, ni se nos pasó por la cabeza quedarnos a ver a Second…
Valoración global: La primera edición del Twoday festival nos deja un sabor agridulce. Empezando por el tema de los numerosos retrasos, no se puede tardar más de 20 min. entre grupo y grupo en hacer las pruebas de sonido… Si hacemos una cuenta rápida con los más de diez grupos que tocaron en la tarde-noche-madrugada, hablamos de que el público estuvo más de 200 minutos esperando.. eso son… ¡casi cuatro horas! No olvidemos tampoco la extraña política pseudosecuestro de no dejar salir a nadie del recinto hasta las nueve de la noche… ¿alguien nos podría explicar por qué fue esto? Así mismo, en un festival de esta envergadura nos parece vergonzoso que las pseudo-barras cobren 3 por una caña, 7 por un cachi, 2 por una bolsa de patatas y 3,5 por uno de los pocos bocadillos para calentar en el microondas del Super… ¡ni en el Summercase eran tan caras las cosas!
A mejorar en próximas ediciones: menos grupos o dividirlo en dos días (este año casi acaba siendo el Tooodoelday festival), mejor programación y mirar más a fondo el horario de cada grupo (no se puede poner a Arizona Baby a las 1800h, a Rosenvinge a las 23h y a Cámera Obscura a las 03am), una o dos barras para suplir de bebida y comida suficiente a precios normales, puestos de Telepizza o Kebab como hacen en el resto de festivales hubieran venido muy bien.
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Y la foto de Ivan Ferreiro??
Si es que lo haceis a propósito…
😉
todo el equipo de notedetengas decidió sacrificar ese concierto para descansar un poco cuerpo y alma e intentar llenarse el buche…
“eNVergadura”, por favor.
patadón al diccionario! ya está corregido. gracias!!! ains con las prisas ya ni revisamos los textos… XD
“este año casi acaba siendo el Tooodoelday festival” –> LOL (y ocurrente =D).
+1 a vuestras conclusiones. Y, añadiría, que tirón de orejas por los problemas técnicos, pero bueno, eso es algo que no se planifica, el resto sí.
PD: quien quiera foto de Iván Ferreiro, tiene aquí: http://www.flickr.com/photos/juanignaciosl/sets/72157622769585440/ 😉
excepcionales fotos. Enhorabuena