Menudo concierto nos ofreció el bueno de Bryan Ferry el Sábado en el Auditorio del Forum en Barcelona.
Mostrando una forma envidiable para alguien de su edad, el ex-Roxy Music sedujo por completo a los fans con sus armas de siempre y con las canciones de su mítica banda que sonaron como nunca.
Asistido por una joven y vigorosa banda (batería, guitarras, bajo, teclado, coros y viento), el cantante vestido elegantemente con una americana floreada repasó sus mejores éxitos en solitario y especialmente los de la formación que lideró en los setenta y principios de los ochenta, de la que a pesar de descartar una nueva reunión no reniega sino que se enorgullece.
Gracias a ello, pudimos gozar el “Re-Make Re-Model” y sus cacareos, la balada azucarada “Slave To Love”, “If There’ s Nothing” con su final esplendoroso, la pegadiza “Oh Yeah”, la hipnótica “In Every Dream Home a Heatache”, al cuarteto “Avalon” (82) con la instrumental “Tara”, “Take A Chance With Me”, “More Than This” y la que da nombre al mítico álbum, y otras joyas de la corona. Como las que dejó para el final ya con el público levantado de sus asientos, “Love Is The Drug” y “Virginia Plain”, y los bises a cargo de la bailonga “Let’s Stick Together” y la entregada “Jealous Guy”.
Un directo que a buen seguro no defraudó a nadie ya que partió del guión esperado (éxitos previsibles) y se desarrolló con una ejecución portentosa, con buena instrumentación y mejor puesta en escena, y el maestro de ceremonias cantando como en sus mejores discos: elegante, amable y encantador. Una buena manera de recordar y celebrar un legado musical que nunca debería de quedar en el olvido.
Fotos por Saso.
