28 marzo 2024

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De blanco impoluto y respaldado por la Afro Cuban Messenger Band se presentaba Chucho Valdés en su concierto del pasado 17 de Julio ante un Patio de la Hospedería San Benito en Valladolid que había colgado el cartel de “no hay billetes”  hacía días (¿quién ha dicho que el jazz es una música de minorías?) y que recibió en pie y con un atronador aplauso al músico cubano cuando este apareció sobre las tablas.

No fue para nada una tarde veraniega. Con clima desapacible y amenaza de lluvia, el público aguantó con indiferencia las condiciones y demostró que la programación del Universijazz 2014, organizado por Centro Buendía y la Universidad de Valladolid, ha sido un éxito sin paliativos que augura continuidad en el tiempo.

 

Chucho_Valdes-photo-Fran_Cea-03Chucho Valdés, con un palmares que tira de espaldas con 8 Grammy en sus vitrinas, venía a presentar su nuevo trabajo Border Free, donde homenajea la figura de su padre Bebo fallecido recientemente, con una formación que incluía vientos, contrabajo, percusión y batería y donde todos los músicos, de un nivel impresionante, tuvieron sus respectivos turnos de lucimiento personal (a destacar a su batería Rodney Yllarza Barreto, un jovencísimo Angel Gastón que no se amilanó con el contrabajo y a Dreiser Durruthy sobresaliente a la voz y tambores africanos) mientras era el propio Chucho quien azuzaba a sus músicos a lanzarse en jams improvisadas en una fusión de ritmos percusivos y primitivos que se enriquecían con apuntes estilísticos que viajaban y viraban del flamenco a la músicos árabe pasando por la clásica sin olvidar el acento del soul bop a lo Art Blakey que su música lleva y sin obviar a Cuba y sus múltiples músicas y ritmos como lienzo de trabajo.Chucho_Valdes-photo-Fran_Cea-02

 

Valdés, de evidente buen humor, se dirigió a los asistentes en varias ocasiones, explicó y presentó varias de las canciones e incluso se acercó en contadas ocasiones al micro para acompañar los coros mientras la audiencia entraba cada vez más en calor y recibía con mayor énfasis el siguiente solo o el próximo giro musical que avanzaba el protagonista desde su piano y que culminó con una apoteósica interpretación de Congadanza, uno de los highlights de la velada junto con las canciones de la archiconocida película Calle 54 y sin embargo fueron los momentos donde Valdes se acercaba a los estándares del jazz (obviamente con el background de su sonido) como Coltrane, Miles Davis, Art Tatum o Duke Elington cuando se alcanzaba a nivel de sonido la mayor de las excelencias merced a los soplidos contundentes del saxo y la trompeta.

 

Auténtico acierto, en resumen, la programación de su concierto y, lo que es más meritorio, éxito de acogida. El Universijazz se apunta una medalla más para su colección y se autoinsulfla los ánimos necesarios para encarar una nueva programación en 2015 que seguro nos dará más alegrías. Impacientes estamos.