20 abril 2024

DE SUEÑOS Y POESÍA

El corazón de este espectáculo late en el mundo poético que evoca los textos de León Felipe…Una mezcla de circo, danza y teatro…Así se ha descrito repetidas veces LOS GIRASOLES ROTOS en la prensa regional, que viene reseñando las representaciones de este montaje en los últimos meses desde que abrió la última edición de la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo. La última función de esta obra tuvo lugar en la Casa de las Artes de Laguna de Duero el pasado 6 de mayo.

El Ballet Contemporáneo de Burgos (Raíces, 1492), de la mano de la coreógrafa Sabine Dahrendorf (Danat Danza, La Atlántida para la Fura dels Baus) creó en 2010 este espectáculo enormemente delicado, cargado de lirismo desde el minuto cero. Como molde que aglutina diferentes disciplinas escénicas, la directora rescata la poesía de León Felipe. Adecuada elección los versos del zamorano de la Generación del 27 por lo místico de buena parte de su obra. Bien podría haber sido León el personaje oscuro que interpreta Javier Semprún (Teatro Corsario, último Premio a la Mejor Interpretación de la Unión de Actores), soberbio en el papel de anciano que arrastra su decrepitud y se compadece del ineludible paso de un tiempo yermo de vitalismo, vacío de esperanza, cargado de vivencias anheladas que nunca existieron.

No es lo que me trae cansado/ este camino de ahora/ no cansa/ una vuelta sola/ cansa el estar todo un día/ hora tras hora/ y día tras día un año/ y año tras año una vida/ dando vueltas a la noria. Los versos iniciales son el hilo conductor de un sueño contemplado a través de un espejo que es una ventana a la irrealidad materializada con gran sensibilidad por la escenografía de Silvia Kuchinow. La acción transcurre en tres subespacios paralelos: los lamentos del viejo que parece estar soñando sus desventuras, la danza incansable de los bailarines (Sara Sáiz, Carlota de Luis, Ana Ódena, Maruxa Salas y Erick Patrick Jiménez) y un enorme libro semiabierto del que se desprenden pasajes oníricos surrealistas, siguiendo pautas estéticas del neoexpresionista alemán Anselm Kiefer. La trapecista, Cristina Calleja, juega entre sus páginas con movimientos limpios.

Se mantiene en todo momento la intensidad emocional gracias a los versos en boca de un Semprún de voz profunda y rota, arropados por la expresividad de la coreografía al ritmo de la música envolvente de Sanou. Sin embargo, por encima de todo, destacan instantes estéticamente brillantes. Para recordar, la gigantesca tela de araña con la que se debate una de las bailarinas entre las páginas del enorme libro o la luz de las estrellas, motivo recurrente durante toda la obra: el viejo las moldea con sus manos, son lanzadas al firmamento o se colocan cuidadosamente sobre barcos de papel.

Con pocas palabras: una fábula fantástica, un cuento surrealista, poesía en movimiento.

En definitiva, un espectáculo digno de reconocimiento por varios motivos: no solo por las cualidades técnicas y estéticas que, objetivamente, lo convierten en un trabajo de calidad, sino por su condición de producto regional, tanto en la labor de producción como en la interpretación. El apoyo de la Red de Teatros a las producciones locales resulta fundamental para que este tipo de montajes puedan llegar lejos, más allá de los auditorios de las capitales de provincia. Pero también es importante la mirada de todos hacia dentro, hacia lo nuestro que es mucho y bueno. Valga este espectáculo como digno ejemplo.

Espectáculo: LOS GIRASOLES ROTOS
Compañía: Ballet Contemporáneo de Burgos
Coreografía y dirección: Sabine Dahrendorf
Música original: Josep Sanou
Interpretación: Javier Semprún
Bailarines: Sara Sáiz, Carlota de Luis, Ana Ódena, Erick Patrick Jiménez, Maruxa Salas
Trapecista: Cristina Calleja
Escenografía: Silvia Kuchinow
Día y lugar: 6 de mayo, Casa de las Artes (Laguna de Duero, Valladolid)