El miércoles 4 de noviembre El Sol se vistió de local de soul de un distrito de Nueva York. Culpa de Saun & Starr. Coristas de Sharon Jones & The Dap-Kings, han dado un golpe sobre la mesa con su primer trabajo propio, “Look Closer”.
Sale la banda de Daptone Records, vestida de traje. Se van cediendo el protagonismo, marcando el tiempo con los pies. “Ladies and gentleman”, dice el guitarrista como en un combate de boxeo. Dándose por aludidas, aparecen ellas. El primer golpe es ‘Hot Shot’ y lo da Starr Duncan. Bailan coordinadas en ‘Gonna Make Time’.
Hablan entre ellas con acento americano y al oído. Es fácil notar el tiempo pasado a un lateral de los focos. Se mueven sin egos ni rivalidades. No se dejan pisar pero tampoco arrinconan. Deformación profesional.
Un solo de saxofón marca ‘Blah Blah Blah Blah Blah Blah Blah’. Ellas hacen el gesto de hablar, uniendo todos los dedos, y el anteúltimo “blah” se lo reservan al público. Saundra Williams abraza ‘If Only’. Levanta la voz y hace enmudecer al resto. Carga el ambiente y se hace denso.
‘Sunshine (You’re Blowin’ My Cool) es todo groove. Agitan las muñecas y chasquean los dedos ante un auditorio ya deshinibido.
Los cinco instrumentos las dejan solas y Starr vuelve a apoyar su micrófono. “Pensé que era así de alta”, bromea cuando éste se queda a la altura de su nariz. Da igual, se deshacen de ellos enseguida. “Tengo que compartir algo con vosotros. Explicaros de dónde venimos y por qué cantamos como cantamos”. Eso significa góspel. Beben agua para un ‘Down By the Riverside’ que, pese a grabado en 1920, ha nacido hoy. Usan el índice como un director de orquesta la batuta. Ahora todos somos creyentes.
Entra el bajista para redondear ‘Sweeping Throught the City’ y cuentan con retintín que es parisino, y quizá demasiado francés. Van acelerando el ritmo y se oye un “joder”.
Ha ido llegando el resto de músicos. Saun no se ahorra la reprimenda de ‘Another Love Like Mine’. Se adelanta y encarama al borde del escenario.
Con ‘Look Closer (Can’t You See the Signs?)’ voltean de un lado a otro sobre las caderas. Se despiden y se van. La música sigue sonando, como en el Titanic. Pero sin lo trágico.
Desaparecen los que quedan, para volver. En ‘Big Wheel’ ya estamos todos. Empiezan a cappella ‘In the Night’ y la terminan haciendo una reverencia y chocando entre ellas como lo harían dos chicos de 16 años. Explican que se conocieron en Harlem en una noche de micro abierto, en 1986. Para acabar de dar cuentas presentan a sus acompañantes.
Todo se paraliza con un golpe de batería que nos devuelve a Madrid.