Cometa han llegado para revolucionarnos a todos. La banda madrileña, formada por Jimmy (voz), Gonzalo (guitarra), Pablo (bajo) y Dani (batería), nos presenta su primer álbum Fanfarria clandestina (Mont Ventoux, 2024) y nos demuestra que el pop puede ser inteligente, divertido y, sobre todo, genuino en estos tiempos. Olvídate del rollo oscuro y melancólico que parece dominar el panorama actual, y también de las bandas post-punk o de rock garajero que se toman las calles de Malasaña (y que, por supuesto, también amamos profundamente). Pero es que ellos son diferentes. Su estilo fusiona complejidad y destreza compositiva con un sonido superpop y guiños al rock clásico argentino. Son una banda que te invita a bailar. Si no has estado en uno de sus conciertos, ¿qué estás esperando? El equipo de Notedetengas podemos dar fe de lo que se vive en sus directos. Por si fuera poco, venden una bandera para la colección de cualquier forofo. Si no la tienes, ¿realmente eres un fan de Cometa? Nuestra respuesta es “a medias”.
Con un enfoque arriesgado y conscientes de su virtuosismo, hemos tenido el placer de hablar con Jimmy. Prepárate para una ráfaga de buen rollo…
Un disco lleno de canciones que transmiten entusiasmo debió ser muy divertido de grabar. ¿Qué nos podéis contar sobre esa experiencia en el estudio?
Fue divertido pero tedioso. Tuvimos que hacer malabares para cuadrar los horarios de cada uno, por sus respectivos trabajos. Entonces todos coincidíamos muy pocas veces. Fueron nueve días en total, los cuales los dividíamos según podíamos. Los dos primeros a la batería, días tres y cuatro al bajo, luego el piano, la guitarra, y así con todo. Hubo momentos donde pensamos que no íbamos a conseguirlo y Guille Mostaza nos apretaba bastante. Pero al final fue una experiencia increíble, a ver, un primer disco sólo se graba una vez en la vida.
¿De qué estáis más orgullosos hasta hoy?
De estar donde estamos ahora mismo. Es un triunfo enorme haber conseguido sacar este disco, que ha sido un trabajo de muchos meses, muchos quebraderos de cabeza, mucha producción, etc. Si a eso le sumas que encima le estamos gustando a la gente, imagínate. Estamos en una nube con todo el recibimiento que estamos teniendo.
Fanfarria está relacionada con celebraciones, mientras que “clandestina” sugiere algo oculto. ¿Qué nos ocultáis?
Realmente el disco se llama así porque todo es una fiesta que sucede de forma clandestina en un boliche de tango, en Buenos Aires. Entonces lo bonito de todo esto, es que tú como oyente de alguna manera estás siendo invitada a la fiesta como espectadora.
¿Creéis que trabajar con tantas voces aporta algo a vuestro sonido que no tendríais de otra forma?
Sin duda. Es casi un “requerimiento” de Cometa y a la vez uno de los puntos fuertes, o diferenciativos. Que todos hagamos voces, que seamos un grupo coral. Es algo que quizás se ha perdido un poco hoy en día.
¿E igual generan en el estudio demasiada conversación estas voces corales o hace que las ideas tarden en concretarse?
No suele ser así, porque lo normal es que los coros los traigamos bastante trabajados. Así que por lo general no solemos perder tiempo en esto.
Diría que en vuestro sonido hay cierta nostalgia por el pop y el rock clásico, como una especie de Lemon Twigs que suena argentino. ¿Voy bien encaminada?
La gente nos compara mucho con Lemon Twigs, y mola eh, pero en realidad no bebemos tanto de ellos, al menos no de forma directa. De donde sí que te puedo decir que bebemos directamente es del rock argentino. Charly García, Fito Páez o Soda Stereo han sido referentes clave a la hora de armar este disco. La primera versión que tocamos ever fue “Seminare” de Serú Girán, canción preciosa.
¿Cuáles son las influencias que predominaron al definir vuestro sonido?
Quizás las referencias que más compartimos en común, te diría que van desde Queen o Beatles, hasta el rock argentino o la música clásica. Luego, cada uno tiene sus influencias personales, como pueden ser Steward Copeland, Karen Carpenter, My Chemical Romance, Iron Maiden o Periphery. Es un buen batido de movidas muy diferentes, pero creo que esa es una de las particularidades de esta banda.
¿Y referencias no musicales?
Para Fanfarria clandestina, las referencias han sido películas como “The Warriors” o “West Side Story”, el mundo del teatro, los salones de baile o las barras bravas argentinas.
¿No os resulta meritorio poder hacer este tipo de música en 2024 y que tenga éxito?
Sí pero no. Osea, sí porque es algo que nadie está haciendo ahora mismo, pero a la vez no, porque en el fondo no hemos inventado la rueda o hemos descubierto el fuego. Bebemos de un montón de referencias que ya existen, y al fin y al cabo, si lo analizas en profundidad, en el fondo lo que hacemos es pop. Pop con muchas capas, pero pop al fin y al cabo. Y el pop le gusta a todo el mundo.
¿Es “Dale cometa” el primer tema una declaración de intenciones?
Sin duda. Al final todo se resume en que estamos aquí para cantarnos unos temas y para pasarlo bien, ¿no?
¿Se supera tener un corazón roto con una canción como “Todo por ti” o con declaraciones o “No creo en el amor”?
Por supuesto. Al final las canciones de desamor sirven para eso. Es como juntarnos a contar nuestras penas para sentirnos mejor.
Y en el contexto de vuestro viaje supersónico, una buena pregunta sería: ¿qué llevaríais en vuestras maletas?
Imprescindible llevar cosas que nos permitan escuchar, grabar o tocar música. Nunca sabes cuándo te va a venir la inspiración. Luego el resto de cosas son secundarias.
“Otra vez” suena como una cumbia psicodélica. ¿Qué os apasiona de la cumbia y qué os llevó a elegirla como sencillo?
La cumbia formaba parte de otro de los retos a la hora de abrir el abanico de recursos de la banda. Al final, como el disco en sí es un homenaje a la Argentina, no podía faltar. La elección como sencillo fue porque queríamos jugarla como factor sorpresa, que nadie se la esperara. Un single que se saliera un poco de la variedad de singles que veníamos sacando.
¿Qué canción define en esencia vuestro sonido? La canción perfecta de Cometa es _________________.
Supersónico, sin duda. Tres minutos que van como un misil en el que se condensa todo: letra romántica, melodías locas, cada instrumento brilla por sí y mucho coro. Aunque Fugazzeta en Sol menor anda por ahí también.
Desde muy pronto, llamasteis la atención de Mont Ventoux. ¿Cómo se ha traducido esto en oportunidades que se os han abierto?
Nacho (nuestro mánager) siempre nos consigue muy buenos tratos, y eso es maravilloso. Además de que las fechas que nos cierra son fechas con sentido, no a lo loco. No estaríamos donde estamos ni estaríamos consiguiendo lo que estamos consiguiendo sin él, está claro.
¿Para qué tipo de gente es un concierto de Cometa? O, ¿para qué tipo de gente no es?
Nos gusta pensar que Cometa es una banda para todos los públicos. Desde chavales muy pequeños a gente muy mayor. Es como Jurassic Park, que te flipa si la ves cuando eres un crío y te sigue flipando si la ves 30 años después.