Desde el pasado 16 de enero y hasta el próximo 15 de febrero podemos visitar la obra de Víctor Hugo Martín en el Teatro Calderón de Valladolid (C/ Leopoldo Cano s/n).
“Llevando la luz” es un proyecto fotográfico compuesto por una serie de paisajes nocturnos, en los que un portador de la luz hace de cicerone, un guía lumínico que muestra el camino en una marcha fortuita, descubriendo el paisaje, oculto por la noche. Intuida o no, el espectador nocturno sólo tiene certeza de la escena cuando la ve fotografiada. Es la incertidumbre de la oscuridad, que domina los sentidos. La intensidad va creciendo de imagen en imagen según aumenta la presencia de la figura del portador de la luz, que deja su estela o su silueta fantasmal, al principio de forma fortuita, y según va transcurriendo el tiempo, más conscientemente. Tan importante es lo que se revela a la vista como lo que queda en la penumbra.
Lo que se ve y lo que no se ve es, en parte, fruto de la casualidad. La senda por donde se lleva la luz no está trazada de antemano, sino que se decide en el momento, a ciegas, marcada por el terreno y la flora. Las obras no sólo muestran lo fotografiado, sino que transmiten las sensaciones del fotógrafo al tomar las imágenes, el momento de soledad, el aumento de la agudeza de los sentidos por la oscuridad, y la intranquilidad de no ver nada más de lo que se alumbra.
