28 marzo 2024

“El mejor remedio contra el frío: Una juerga rockera”

Muy desapacible se presentaba la noche en Valladolid el pasado viernes, con el típico frío continental de la zona y una lluvia persistente, que combinada con el aire helado, penetraba en los huesos haciendo difícil que algo nos pudiera calentar.

Pero la buena madera la presentó Lichis y sus chicos de la Cabra en los prolegómenos, para preparar una estupenda hoguera que poco después Fito se encargó de avivar, para que los miles de espectadores que llenábamos uno de los pabellones de la Feria vallisoletana, no pasáramos ni una gota de frío.

Por cierto, la mala acústica del recinto se hizo patente, aunque no deslució el espectáculo. Pero, hay que buscar mejores sitios para que la escucha sea óptima.

fotografías cedidas por rogalonso.com

Cuando alguien pone pasión y buen gusto en lo que hace, pocas cosas faltan ya, para que los ávidos de buena música disfrutemos y nuestro corazón genere el bombeo necesario, para que nuestra sangre fluya con todo el ritmo y calor y calentarnos en todos los sentidos.

Y es que, como decía Fito en uno de sus temas: ¡Qué necesario es el Rock&Roll!

La noche presagiaba algo bueno. Un telonero de lujo para un músico de lujo. Relacionamos telonero con un grupo menor que acompaña al grupo estrella. Pero este no es el caso. La Cabra mecánica con Lichis a la cabeza, es un grupo de referencia en el panorama rock español. Una de esas bandas con un olor especial, que lanza mensajes sin parar y que tiene en su impronta, un sello auténtico, tanto por el estilo que han dibujado en lo musical, como en la voz tan característica del propio líder de la banda, el genuino Lichis. Caldeó el ambiente como bien sabe hacerlo, nos contagió de su marcha y ese ritmo bailongo se nos metió tan dentro, que se nos hizo corta su intervención y nos hubiera gustado seguir disfrutando de ellos y con ellos. Los legendarios “Felicidad” y “La cesta de la compra” fueron aclamados, cantados y bailados por los presentes, que ya casi llenaban el recinto. Una verdadera lástima que ésta sea su última gira. Grupos como la Cabra y voces como la de Lichis, son necesarios en el mundo de la música. ¡Pensároslo chicos!

Realizamos un buen calentamiento, así que ya estábamos preparados para mover el esqueleto, como decían los de antes.

Fito se nos presentó en clave de caricatura en las pantallas gigantes, para luego aparecer con toda la banda para éxtasis del colectivo fitipaldiano.

Como no podía ser menos, comenzó el concierto con el tema que da título a su último disco y que ha sido galardonado con el premio a la mejor canción y mejor álbum del año, en la XIV edición de los Premio de la Música. Los primeros acordes de “Antes de que cuente diez”, hicieron vibrar a los presentes y ya no dejaron de cantar cada uno de los temas que se nos iban presentando.

fotografías cedidas por rogalonso.com

Ya no había más tregua. Fito Cabrales, Carlos Raya y el resto de la banda, habían llegado a la capital castellano-leonesa a desplegar todas sus armas rockeras y nos rindiéramos sin concesión a su poderío, su saber hacer y buen rollo.

Y así fue, nos dejamos llevar por cada uno de los riff, por la poesía del rock&roll que dibuja Fito en sus temas y por el ritmo desenfrenado de sus canciones, que hacía que grandes y pequeños movieran sus caderas hasta el final. Ya que Fito, no sólo mueve a rockeros impenitentes, sino que también tiene su público joven, que disfruta de su música y que se sabe de principio a fin cada uno de sus temas, ya sean nuevos o pertenecientes a discos anteriores.

Fito ha tenido críticas feroces desde que dejara Platero y Tú, vituperándolo hasta extremos feroces por haberse pasado al lado oscuro de lo comercial (dicen…)”ya que abandonó el rock&roll y comenzó una andadura más pop” (dicen…). Está claro, que la rudeza de la etapa de Platero, la ha dejado a un lado. El toque marginal, ha dado paso a algo más poético y elaborado, con mejores arreglos y buen gusto. Pero este paso, no lo da la comercialidad de los artistas (que los hay…) si no la madurez de los mismos. Y Fito ha sabido subirse al carro, pero sin abandonar las raíces. Y no como hacen otros, que las cortan sin miramientos para obtener un mejor abono.

Desde el primer acorde, el público se entregó sin miramientos y se identificó con toda la banda. Todos los temas fueron vitoreados, cada vez que la primera nota fluía en el aire. Las palmas abrasaban, los pies saltaban al compás del rock y las baladas eran recibidas como bálsamo, para descansar un poco de tanto frenesí.

Para los nostálgicos sonaron temas de su anterior época en Platero. “Al cantar” fue uno de esos himnos al que Carlos Raya se unió en solitario a Fito. El mismo Carlos se encargó de aderezar el tema que cierra el último disco (“La cuisine de Bernard”) con slide en mano. ¡Magnífico! el ex de Sangre Azul.

Carlos Raya demostró ser un guitarrista excepcional, que se acopla a la perfección con el señor Cabrales. Nos dedicó una serie de punteos excepcionales a lo largo y ancho del concierto. Magnífico año del señor Raya, que como colofón a esta estupenda gira, donde se ha consagrado como virtuoso y genial guitarrista (ya lo dijo Brian May: “¡Joder tío!, como tocas…”) se ha encumbrado en los altares de la producción artística, llevándose el premio a mejor productor artístico del año, en los premios de la música. (Carlos Raya es también productor de los dos últimos trabajos de Fito y Fitipaldis).

fotografías cedidas por rogalonso.comFito tocó casi todos los temas del nuevo disco, repasó los hits del anterior “Por la boca vive el pez” y recuperó temas emblemáticos de otros grupos, magníficamente versionados por el de Bilbo. El “Deltoya” de Extremoduro y “Quiero beber hasta perder el control” de los Secretos, caldearon aún más si cabe el ambiente y el personal se entregó sin concesiones a toda la banda.

Mención especial hay que hacer también a un estupendo músico, como es Javier Alzol.

Su saxo tenor a lo Clarence Clemons, estalló en cada uno de los solos y funcionó como bisagra perfecta en cada una las canciones donde tuvo presencia.

Es el triunfo de la honestidad.

Su línea argumental está muy definida y desde sus primeros pasos en 1989 con Platero, hasta la fecha con los Fitipaldis, sus pasos han sido firmes. Ha ido pasando de una línea a otra, con la lógica del corazón. Mostró su espíritu más reivindicativo en los primeros años, rasgando guitarreo y dándole al rock más áspero, para cohabitar, en la actualidad, en un estilo más fino y menos sucio. La presencia del jazz, swing y rithm&blues está más subrayado en sus últimos trabajos… pero ¿cuál es la esencia de todo ello? ¡El Rock&Roll!

Y el del barrio de Zabala no ha dejado de hacerlo. Y lo hace de miedo.

El pequeño gran hombre nos ha ganado.

fotografías cedidas por rogalonso