18 abril 2024

Isma Romero 1Isma Romero se ha liado la manta a la cabeza y va a llevar su “Luminiscencia” por todas las carreteras nacionales que se le pongan delante. Para empezar, mañana, 10 de noviembre, se subirá a las tablas de la Sala Babylon, en León, y el sábado, 11 de noviembre, hará lo propio en Valladolid, en la sala Black Pearl. De momento, la última parada será el 17 de febrero en la sala El Sol, en Madrid. Antes de eso, nos habló en un bar de Tirso de todo por lo que está agradecido. De tener claro lo que nos hace felices y lo que no.

A tu último disco le has llamado “Luminiscencia” y uno de sus cortes es ‘Fogonazo de luz’. ¿Qué importancia tiene la luz? ¿Cuál es su papel?

Realmente puse el título al disco en forma de concepto, de lo que son estas diez canciones. No es que sea un disco al que le haya puesto un título porque una canción represente lo que es todo el disco. Es un disco que tiene un concepto total. No son canciones que cada una hable de una cosa.

Entonces, “luminiscencia”, en sí, es el poder que tiene un cuerpo de emitir luz en mitad de la oscuridad, y así es como veo la vida ahora y como hablo en esas diez canciones de la vida. Y ‘Fogonazo de luz’, justamente, es la canción que más representa el disco, y a la que más importancia le doy de todas las que he compuesto hasta ahora.

Me ha recordado un poco a True Detective, no sé si la has visto…

No, no.

Entonces no te lo digo porque es un poco “spoiler”, pero hay una parte, al final de la primera temporada, en la que hablan de eso. De la luz y la oscuridad, muy parecido a la idea esa. Bueno, te comparan con Tequila, Pereza o M Clan, ¿las comparaciones son odiosas o sí ves el parecido, la similitud?

Yo creo que somos principalmente humanos, y los humanos aprendemos a imitar. Aprendemos a imitar para andar, para hablar, para nuestros gestos… Creo que en el arte es parecido, ¿no? Cuando empiezas, intentas parecerte, intentas ser como la gente que admiras desde pequeño. Entonces, poco a poco, tú vas bebiendo y, poco a poco, te vas haciendo. Y, por supuesto, veo mogollón de similitudes, de referencias. Claro que sí, es necesario.

¿Pero la gente con la que te comparan es la gente a la que escuchas? ¿O no te sientes identificado?

Sí, por supuesto, por supuesto. Sí, los tengo a tope de referencia. Rock español, rock americano y de todo un poco. Es que no he inventado nada. Vengo a dar continuidad a una generación. No vengo a inventar las castañuelas ni nada.

Sacas “Luminiscencia” respaldado por Warner Music y Universal. Ahora que, aunque parece que la tendencia de autoeditarse está frenando un poco, sí lo están haciendo muchos, ¿qué supone contar con el apoyo de una gran compañia? ¿Por qué decides hacerlo así?

Yo tengo la suerte de que con Warner he sacado dos discos, editados y distribuidos, y ellos me han apoyado, y la editorial también, pero, en cierta medida, he hecho lo que he querido. La portada la he puesto como he querido, he cantado lo que he querido. Ósea, que tengo libertad a tope. Porque también por mi parte he invertido muchísimo dinero. Mis padres. He pedido dos préstamos.

Ha sido como una apuesta de todos. Me siento súper agradecido por tener un sello que me ponga los discos en la calle. Soy muy afortunado. Estoy muy contento por todo.

Lo ha producido Nigel Walker, ¿cómo te pones en contacto con él? ¿Cómo ha sido trabajar con él, que ha hecho también discos que supongo que te gusten?

Pues trabajar con Nigel ha sido uno de esos premios del camino. Cuando tenía 16 años, yo veía los discos de Los Rodríguez y, bueno, de mogollón de grupos que ha hecho, y decía “jolín, es uno de los productores con los que me gustaría trabajar en un tiempo”. Y, joder, nunca me hubiera imaginado que fuese en el segundo disco. Y de esta forma. Porque él ha apostado, realmente. Para mí ha sido un lujo, he aprendido, hemos aprendido todos, musicalmente y personalmente, la forma de trabajar.

¿Qué crees que ha cambiado respecto a “Antes de que esté prohibido”? ¿Que diferencia a ambos discos?

Esa pregunta me gusta mucho.

Ahora no me acuerdo de cómo lo he dicho…

No, no, que está trabajado. Se nota que está trabajado. A ver, repite.

¿Qué crees que ha cambiado desde el anterior disco hasta ahora?

Es que parece una pregunta así, tal… Pero tiene rollo, ¿sabes? Yo es que lo pienso así: “¿qué ha cambiado antes de que esté prohibido?”.

Ah, vale. (Risas).

Claro, mola. No sé, me mola. Han cambiado muchas cosas. Una de ellas que he cumplido cinco años más y estoy evolucionando, poco a poco. Antes veía las cosas de una forma más rebelde, más eléctrica, con más nervio. Todo loco. Y ahora, bueno, sigo estando loco, pero con una tila. Una tila de más.

¿Crees que eso se refleja más en la letra o en la música?

Se refleja en las dos cosas. No se ha perdido la garra y se ha reflejado ahora, quizá, la madurez de las cosas vividas. Pero hay gente, por ejemplo, que a veces reniega del pasado, reniega de lo que hizo, y, joder, la verdad es que no me gusta. Porque, si no hubiera sido por eso, no sería la clase de persona que soy ahora. Con mis defectos y mis virtudes. Gracias a todas esas cosas soy lo que soy ahora, estoy aquí sentado y estoy muy agradecido.

Isma Romero 2

Empiezas ahora una gira con la que vas a pasar por varias ciudades. ¿Qué esperas o cómo afrontas estas fechas?

En esta pregunta a lo mejor hace cuatro años te hubiera respondido “buah, no sé qué”, me hubiera ido un poco por las nubes. Pero ahora soy bastante realista y voy a tope con “ahora”. Y la verdad es que no sé qué decir. Prefiero no esperarme nada y vivir lo que haya. La gente que tenga que estar, estará porque tenga que estar, y habrá que dejarla satisfecha. Igual que en el concierto de Alfafar (Valencia), el otro día, el primer concierto de gira. Hablábamos con la banda, “ostia, y ¿quién vendrá aquí?”. Y yo decía “pues yo prefiero no pensar nada, y lo que haya, será”. Y después, cuando salimos del camerino, nos encontramos con que había más gente de lo que pensábamos. Lógicamente no era un lleno de 800 personas, porque no soy un artista con siete discos, pero había el público que había para un artista de dos discos, con las posibilidades que tenemos hoy en día. Ósea, eso es para mí un éxito. Y más que la gente que estaba ahí estaba para escuchar las canciones. Entonces, me espero absolutamente eso. Ojalá que vaya muy bien y haya mucha gente para disfrutarlo, pero sobre todo, disfrutar lo que haya.

¿Qué tal llevas lo de viajar para tocar?

Pues me gusta mucho. A ver, a mí viajar me encanta. Aparte, a veces los músicos nos quejamos mucho, porque decimos “hay que cargar, esto cuesta pasta, es que esto no se paga bien…”. Bueno, pues dedícate a trabajar en un banco, porque te has equivocado de sitio. Esto es arte, y el arte es ser bohemio. El arte tiene que ver con eso, ¿no? Entonces, realmente, si tú te dedicas a la música, te dedicas para saber las consecuencias de ese arte. Para mí viajar es un regalo de la música, porque viajas. Ósea, no somos conscientes, pero los músicos, aunque a veces cobremos una mierda y vayamos jodidos… Estás viajando, estás siendo libre, estás comiendo con tus colegas, estás conociendo a gente nueva, estás tocando tus canciones para la gente, estás viviendo en la libertad. Ósea, ¿qué más cosas quieres? Sí, hay que pagarse el alquiler y tal, pero cuando trabajas y tiras pa’lante, las cosas van llegando poco a poco. Si haces las cosas bien. Es un camino y vas ahí, poco a poco. Si te lo tomas bien, si te lo tomas de esa forma, yo creo que disfrutas más. Yo creo que es así, y para mí es la ostia.

Cuando empecé la primera gira decía “joder, hace cuatro años estaba yo a las once en el patio del instituto, y a las doce tenía Física y después tal, y ahora estoy aquí en un tren y a las doce no tengo nada”. Claro, para mí era la libertad.

He visto que das clases de guitarra a niños, ¿te dicen alguna vez que quieran dedicarse a esto? ¿Qué les dices tú?

Pues la verdad es que es una de las cosas más bonitas que me ha dado la vida, también. Trabajaba en dos colegios el año pasado y ahora actualmente doy clases de guitarra entre semana. Y doy, nada, a niños, a tope. Pero porque me mola enseñar. Hay mucho que aprender de los niños, más que de los mayores, porque nos enseñan muchas cosas. Sobre todo la inocencia al vivir, que nosotros la perdemos. Esa frescura de no darle importancia a las cosas. Ellos se caen y se ríen. Lloran un segundo. Nosotros nos caemos y nos quejamos todo el día. Hay mucho que aprender de ellos. A mí al dar clase me sorprende la alegría y la felicidad que transmiten ellos. De esta pregunta recalcaría esa frase: “tenemos que aprender más de los niños que de los adultos y nosotros mismos”.

En ‘Demasiadas cosas’ dices “he llegado donde nunca pude imaginar”. ¿Dónde te veías hace unos años?

Pues la verdad es que he llegado donde nunca pude imaginar. Quiero decir que he llegado a ser feliz. Y para mí eso ya es el éxito. Con esa frase me refiero a eso. He llegado a donde nunca imaginé. He llegado a vivir en la ciudad que quería, a estar con una chica impresionante, a vivir en un piso, a sobrevivir de la música, a viajar, a estar con mi familia. No sé. No puedo pedir más.

Para acabar, ¿qué artista estás escuchando más últimamente? ¿Alguna recomendación?

Pues, alguien a quien esté escuchando mucho… Pues, mira, hay una banda de Ciudad Real que mola mucho, se llama Estrellados y van a sacar un EP. Bueno, humildemente les he hecho la producción, y mola que te cagas. Son súper “rock and roll”.

Hay otro chaval, que le quiero mucho, es muy amigo, se llama Curro García, y está haciendo algo súper potente. Santiago y los Muchachos, que son amigos de Valencia y tienen unas canciones espectaculares. Yo creo que con esto… Alguno se me olvidará.

Isma Romero 3Las fechas y las entradas para coincidir en el camino con Isma Romero, por aquí.