27 marzo 2024

imperfeccion_350Imperfección, de Havalina, ha sido sin duda uno de los discos del 2009. Pensaba reservar esta entrada para el momento en que recibiesen un merecido Premio de la Música a Mejor Álbum de Rock Alternativo, pero la candidatura se ha quedado en eso, candidatura, en favor de “A Nadie“, de Javier Corcobado. Qué se le va a hacer. ¿Quién quiere premios? Hace poco se llevaron Premio Guille (“La Noche en Vivo”) a “Mejor Grupo/Artista del Circuito de Salas “Rock 2010”, pero lo realmente importante es que, busques donde busques, preguntes a quien preguntes, no escucharás más que halagos y parabienes por este álbum y por su tremendo directo del que hemos sido testigos recientemente.

Imperfección son frías esposas forradas en seda negra, tu pareja en un callejón oscuro, tu última amante esperándote recostada en una habitación de un hotel de lujo, con la chimenea encendida mientras fuera nieva… Son sonidos duros y cadenciosos, lentos y firmes, maduros y desgarrados.  Deslizarte sobre las cálidas y suaves sábanas (como en el videoclip de Incursiones) en busca de su piel, y despertarte dándote cuenta de que sólo es un sueño. Es aproximarse asintóticamente al clímax y mantenerse en ese estado durante los 45 minutos durante los que se desarrolla el disco, sin prisas por terminar, pero sin un minuto de descanso. Es deseo. Y frustración por el deseo no satisfecho. Por el recuerdo de su tacto y su aliento. Es, en resumen, pasión.

Me bajaría del efectista carro de la metáfora y comentaría que Imperfección es un disco de rock y psicodelia, uniforme y homogéneo, dividido en diez canciones que casi parecen una sola. Guitarra, bajo y batería sin prisas, poniendo cada nota en el punto exacto, cada golpe en el momento adecuado para trasladarte a su atmosfera oscura y cálida. Que bebe de Cure y su ambiente gótico (podrás encontrar una versión de “Lullaby” a dúo con Boat Beam). Pero eso sería vulgar, no lo merece.

En su MySpace Havalina proclaman lo siguiente:

No hemos querido hacer en absoluto un álbum complaciente, sino única y exclusivamente lo que nos apetecía hacer y nos dictaba nuestro corazón, y lo que escuchas ahora es el resultado de eso mismo. Todo lo que hay en Imperfección no busca gustar, sino emocionar. Se acabaron los clichés, gracias.

Y, en su página oficial:

Es más difícil de digerir que su anterior Junio, pero a su vez más visceral, más intenso y en cierto modo mucho más honesto.

No diremos, por tanto, la obviedad de que nos gusta, sino el objetivo cumplido de que emociona, que perturba, canción por canción.

Poner el disco, que comienza por la canción que le da nombre, Imperfección, y cerrar los ojos para disfrutar de esos graves es inevitable. Es perfecta para identificar el resto del trabajo: letras de deseo explícito (”quiero desnudarte y devorarte una y otra vez”…), pesar (”quiero no tener que recordar cuan solo estoy”) y sueños imposibles (”quiero no perderme pero sin saber en qué lugar estoy”, “quiero más”…).

Seguimos con una de las más enérgicas, Agosto en Bogotá, que arranca con el grupo echando el resto en sus instrumentos. Nunca una canción de amor (”puedo estar sin sol, no puedo estar sin vos”) sonó tan visceral, aunque, como en todas las demás, quedan muy lejos de los clichés habituales de nubes y primaveras, y bajan a la tierra para decir que “hoy quisiera estar metido entre tu piel”.

“Siempre quise estar desnudo en tu habitación” arranca Incursiones, otra de esas que en directo es brutal. Graves y más graves cortados tajantemente con punteos y distorsiones…

Sueños de esquimal está escrita en primera persona, de forma casi epistolar, una postal dirigida a un antiguo amor, o, más concretamente, a una antigua amante en la que no se ha podido dejar de pensar, con la que no se ha dejado de soñar. Deseo, deseo ydeseo, el tema del álbum.

Lejos de tu cama lo deja claro desde el título.  Más sosegada que las anteriores, prosigue el mismo tema, en este caso por la vía del recuerdo.

6:00 AM es casi una proposición, una petición, una lucha en contra de tus pulsiones (”necesito no pensar en tu cama”…). Ese conflicto parece latente en todo el disco, desde el sonido hasta las letras. Como toda pasión, no todo es correcto, no todo está permitido, no todo sale como se espera…

Vida Maquinal cambia el ritmo y se muestra más animada. A riesgo de ser el único que encuentre este parecido, me resulta, al menos vagamente, Beatle, con ese ritmo y distorsiones con los que arranca. Sin duda el menos duro de los temas, el más pop. La voz cobra más protagonismo, y la guitarra cambia de registro, más alegre.

Ese cambio se combina con la línea anterior en Sórdido, pero más visceral si cabe. El bocado más breve del álbum, escasamente dos minutos y medio, de plegaria desgarrada: “Quiero estar a solas”, grita. “Sentir que no estoy mal; quiero estar contigo a solas y pensar que no estás tan mal”. Un tema sacado de las entrañas, que nos lleva…

… a Desinspiración. Una joya de casi diez minutos, que arranca con un lamento de unos cuatro (“¿Dónde estoy mejor que a tus pies?”, “¿Dónde están las horas que te eché?” “Nunca estabas cuando te busqué, y te vas…”) y prosigue en una orgía instrumental que comienza pausada, jugando con las cuerdas y las distorsiones, para acabar en un final contundente. Como colofón, un último minuto sosegado, del susurro final, en el que recuerda “¿dónde están las horas que te eché?”, cerrando el ciclo como comenzaba. Una joya imprescindible, que brilla aún más en directo.

Miedo al agua es el broche final. Invernal noche de lluvia en la que se recuerda, entre todo el resto del mundo, a la mujer anhelada, deseo no correspondido.

La escena independiente española no sólo es pop indie. Existen tesoros rockeros y registros poco explorados, como el que propone Havalina en este último trabajo. Deja al margen, al menos durante un tiempo, las canciones de amor de flores, soles y paisajes de ensueño, y déjate llevar por Imperfección a un mundo real -o no-, en el que la gente sufre, desea, añora y piensa con las entrañas. Dale una oportunidad a esos sentimientos que tienes reprimidos, y regocíjate, con esta música, en tus pasiones.