27 abril 2024

high-places1Extraños para unos en lo que innovadores para otros el dúo Californiano High places repasó gran parte de su nuevo lanzamiento ante el petit comite que reunió en el Espacio Joven bajo la premisa de disfrutar de una visión libre y cada vez más cercana y disfrutable (por contraposición a algunas extravagancias pseudo-futuristas) del pop del nuevo siglo.

Cables, sonidos organicos, samplers y punteos oscuros son las piezas de este mecano experimental que en directo se aleja del reposo melódico de su versión enlatada, en la que destaca la frágil voz de Mary Pearson, con aires a la combinación entre este tipo de voz suave y una electronica etérea como la que disfrutamos en los discos de Natasha Khan (Bat for lashes). No, en su puesta en escena la voz es un instrumento más, entremezclado -en ocasiones enterrado, una pena- con los dos principales motores de su directo: por un lado tenemos los samplers, bases y loops agresivos, que dejando aparcado el barniz psicodelico más tranquilo, introvertido y minimal se tornan bailables y arrolladores, con aires africanos a lo animal collective, indicios dance e incluso reggae como en ‘The Most Beautiful Name’, con los que van creando capas de sonidos multiformes que terminan en un compuesto atractivamente inesperado, en la linea del asombro que produce la amalgama de sonidos que crean los animal collective, aunque algo por detrás.
El otro gran elemento que está presente sobre todas las canciones en las que Rob Barber no esta ocupado poniendo los ritmos a la batería electrónica es sin duda su guitarra, con esos punteos obsesivos y percutidos que planean sobre todo el conjunto, dotandole de un halo de oscuridad rotundo que ejerce la función tanto de bajo como de guitarra en necesario contrapunto eléctrico.

Gran suerte de concierto para los afortunados que disfrutamos de la experiencia en la que convierten su directo.

fotografía cedida por Álex Izquierdo