Blouse el disco, creaba allá por 2011 la imagen de Blouse la banda. Una imagen que se puede resumir en un solo adjetivo: Elegancia, elegancia que abarcaba todos los espectros del synth pop, desde los más oscuros presentes en Into Black o Time Travel hasta la alegría dominante en Videotapes. El bajo y los sintetizadores ayudaban junto con la cálida voz a crear un sonido con una pulcritud casi extrema e impecable.
Ahora se presentan en 2013 con Imperium, con una evolución muy clara en la que la formula ha cambiado pero que sigue manteniendo aspectos de su debut.
El buen gusto y limpieza siguen siendo matices que mantiene la banda, al igual que la imagen inicial que crearon con su primer disco. La diferencia ahora es que el sintetizador ha desaparecido, tomando ese protagonismo la guitarra que pasaba más desapercibida en sus comienzos.
Imperium es peculiar, es un trabajo mucho más neutro y homogéneo, en el que el juego de matices es menor, quizás intencionadamente o puede deberse a la desaparición de los teclados que daban mas posibilidades en cuanto a registros.
Sin singles muy marcados, el propósito del disco parece ser la simple experiencia del disfrute de escuchar musica sin buscar algo sensorial, simplemente por el gozo del acto en sí, y lo mejor de todo es que acaba funcionando. Capote y Happy days posiblemente sean las piezas que más rompen con el positivismo imperante en el conjunto en el que Imperium o Eyesight podrían haber sido sacados como adelantos antes que No Shelter o A Feeling like this. 1000 Years y In a Glass también son otras alegrías que podemos sacar de un disco que resulta ser casi el gemelo moderno del homónimo que Widowspeak sacó en 2011.
