‘There Is Colour in Life’: el abrazo gigante de Amistat a la vida en su concierto en Madrid. Lula Club. Noviembre 2024.
El pasado 22 de noviembre, el dúo Amistat, formado por los hermanos Josef y Jan Prasil, se encargaba de iluminar el escenario del Lula Club en Madrid en una noche en la que se palpaba desde que entraran en acción la intimidad, el sentimiento exaltado y las emociones a flor de piel. Servía esta primera visita a Madrid, dentro de su exitosa gira europea, para presentar su reciente trabajo, Colour in Life, un disco que celebra los vínculos humanos y el impacto de las relaciones en nuestro día día.
El Lula Club es en ocasiones un lugar hostil para disfrutar de un directo, disposición amorfa, salida agobiante y columnas que impiden una visibilidad clara contrarrestan en ocasiones el buen sonido que se puede sacar de la misma. Afortunadamente, estando hasta la bandera, la mayor parte del público se dedicó a corear y a respetar a una banda más que a estar de cháchara de manera continuada (allí las hemos sufrido muy fuertemente). Y es que la cercanía emocional que los Amistat, en formato trío para la ocasión, con Dimitri apoyando a los gemelos del folk.
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Entradas agotadas a meses vista, fenómeno que reunía en la sala a multitud de público internacional, Madrid cada vez es un poco más así, y dentro de ese conglomerado de culturas y países, las melodías de los hermanos uniéndonos como si estuviéramos acontenciendo a esa versión moderna del ‘We Are The World’. Josef y Jan como herramienta catalizadora, bálsamo de alma y mente, noqueándonos y curando heridas desde los primeros acordes de ‘Far from Home‘, o rozando la emoción de ‘Better Days’ y ese ‘You Are The Only , You Are The Only Live I Know’, la familia y el amor, esa sinceridad desprendida y vertida en escena traspasaba nuestros cuerpos.
Y es que el mimo y cariño que el dúo pone en sus canciones se traslada de súbito a un público que les recibe con la sonrisa esbozada y los sentidos exaltados, ‘Same Old Eyes‘, o ‘Listen To The Silence‘, con ese coro silencioso y tumultuoso fundiéndo estribillo con nuestros gemeliers favoritos, iban cayendo y arrastrándonos hacia ese momento. En el ecuador del directo, algunos de los momentos álgidos, la potencia de ‘Anew‘ haciendo suyo el Lula, o ese tándem de violín, piano y guitarra derrumbándonos en la conmovedora ‘What We Were‘…o acercándose al centro de la sala y protagonizar uno de los temas más bonitos que los hermanos pueden musitarnos en un recital como el que nos acontecía, ‘A Moment In The Sun‘, a pleno pulmón.
Ese toque a músicos que han pateado las calles, ese folk melódico y esa capacidad de empatizar con un público heterogéneo, que más allá de estilos, siente la música y el talento de bandas como Amistat. Regalos en la parte final de la mano de ‘Ready Now‘, ‘Falling‘ o ese ‘Seasons‘, su particular ‘Wonderwall’ podríamos decír sin miedo a equivocarnos, un himno atemporal que empoderan en su cuidado directo.
No faltó el momento de delirio al violín, con Dimitri, el tercero en discordia, haciendo buen uso de la incomoda barra (para el público) en el medio del Lula, subiéndose y protagonizando su momento lanzando notas al aire para dar paso al final del concierto de los hermanos Prasil.
Y es que salir de un directo de Amistat es lo más parecido a una redención con todo lo bueno y lo malo de nuestra existencia, todo pasa y todo merece ser vivido, lo bueno y lo malo como constante, intentando sacar lo positivo de las experiencias cualquiera que sean, para conseguir ser aunque sea por hora y media, un poquito más felices y valorar lo que tenemos, viendo los colores en esta nuestra vida, de la mejor manera posible.
