28 marzo 2024

Tindersticks, la belleza del anhelo – Crónica del concierto en Veranos de La Villa. Madrid. Julio 2016. Teatro Circo Price

Cuánto se aprecia ver un concierto en un teatro, con un público respetuoso y un sonido cuadrado a la perfección, sobre todo cuando venimos de citas festivaleras en las que vemos los conciertos por pantallas de móvil y el gentío torna en gris la degustación de un concierto de calidad. Ese hecho unido a que los protagonistas de la velada fueran unos amos de la perfección como lo son Tindersticks, nos hizo disfrutar sobremanera la pasada noche del 21 de Julio en una nueva jornada de Los Veranos de La Villa en el Teatro Circo Price.

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Los de Nottingham han llegado a su edad adulta, esa en la que depuran la vuelta a etapas más tempranas (a veces renegando de ella) y la dotan del bagaje necesario para aprisionarnos en una nueva vuelta de tuerca de ese sonido en el que convive la elegancia con el slow core crudo, o las claras influencias del soul de bajas revoluciones fagocitado por el pop de cámara junto al minimalismo más oscuro.

‘The Waiting Room‘, décimo álbum de la banda, traía al quinteto de nuevo de gira por nuestro país, con exquisita elección de emplazamiento en esta ocasión, el Teatro Circo Price, un lugar en el que degustar el barroquismo de los británicos con todo nivel de detalle.

Stuart Staples y los suyos, empezaban con declaración de intenciones, los primeros acordes de ‘Follow Me‘ sonaban a la par que oscurecían el emplazamiento para el gozo de los asistentes mientras lo encadenaban con ‘Second chance Man’ y ‘Were We Once Lovers?’ , temas de su último trabajo a los que dotaron de un sonido más jazzístico (y que en ocasiones nos traían a la memoria al sonido de Wild Beasts sobre todo en éste último corte), y a los que faltó el acompañamiento visual, que quizás y dado el marcado carácter audiovisual de ‘The Waiting Room‘, algunos esperábamos.

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Los que acudieran buscando resquicios del pasado, celebrarían de manera temprana temas de la talla de ‘Sleepy Song‘, aunque pronto volverían los ojos a su sonido más inmediato, el de temas tan punzantes como ‘Medicine‘ o de la relajada ‘She’s Gone’ de sus dos trabajos predecesores.

Pronto se calzaron del tirón buena parte de su último retoño, a pesar de echar de menos una sección de vientos en condiciones o unas voces femeninas que rindieran el sentido homenaje a Lhasa De Sela en ‘Hey Lucinda‘ o en la inquietante ‘We Are Dreamers!‘ (¡lo que daríamos por una intervención en directo de Jehnny Beth en este temarraco…!). Entre medias hubo cabida para lucimiento de sus miembros por separado, para jactarse de saber utilizar los recursos que un público considerado merece, para jugar con luces y con la sobriedad instrumental mientras los sentimientos son apuñalados levementes.

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Del desasosiego al cambio rítmico impuesto por ‘This Fire Of Autumn’, para finalizar con otra pieza del aclamado ‘The Something Rain’, otro de los niños mimados de la noche, ‘A Night So Still‘, donde el dream-pop camina de la mano del sadcore.

Poco se rogó para que la banda volviera, taciturna, apenas un par de agradecimientos salieron de la boca de Staples, cerrando su set inmiscuyéndose en ‘Waiting For The Moon‘ con ‘My Oblivion’ y ‘Sometimes it Hurts‘ …lo que duele es perderse oportunidades como la de disfrutar de los Tindersticks en directo.