24 abril 2024

Foto: Palencia Sonora | Adrián YR

Foto: Palencia Sonora | Adrián YR
Foto: Palencia Sonora | Adrián YR

Hace calor. Mucho calor. El año pasado recuerdo llevar chubasquero y sudadera porque vamos a ver, esto es Castilla y por la noche enfría. Pero no. Este año el calor ha aumentado considerablemente. Sin embargo, el sol no es el protagonista de esta jornada. El Palencia Sonora se alza, una vez más, en su decimocuarta edición, como un inicio de verano festivalero sin igual.

El recinto en el Parque del Sotillo lleva un par de años de cambios: que si un escenario más, que si ahora es más grande, que si lo cambiamos de sitio. Y he de decir, que todas las decisiones han ido a mejor. Este año, aquel escenario principal es este año el escenario secundario, dando paso a un escenario el doble de grande y mucho mejor situado. Ahora si quieres salir de la aglomeración, no temes por tu vida (como sí pasa en otros festivales, y puedes acceder a la barra desde distintos ángulos. Vamos, ni en paralelo ni contrapuestos, los escenarios del Palencia Sonora han sido todo un acierto.

Pero ahora empieza lo bueno: la moda de los conciertos de vermú los agradezco por encima del calimocho frío. Un ambiente diferente, agradable, familiar, que te permite disfrutar y descubrir el pueblo, además de claramente, la música en vivo. El pistoletazo de salida fue al medio día del mismo viernes. Una apuesta arriesgada, ya que el público habitual del Palencia es más bien del perfil de “trabajo los viernes”. Nikkei abrió la veda musical con un con concierto al sol. Muy adecuado para un vermú, pero no mi principal plato del día.

Por la tarde, durante el intento de siesta en el camping, llegaban los demás festivaleros y la prueba de sonido de Sidonie. Sí, desperté cantando fa-fa-fascinado. Pero el calor, ese calor extraño de inicios de junio, no nos dejó dormir nada y nos empezamos a preparar para lo que se nos venía encima: DJ Natweys abría el recinto con sus habituales temazos, una de mis favoritas. La bienvenida fue corta, porque en nada empezaba el grupo revelación del año, y que está haciendo la competencia a Sidonie en confirmar festivales, son los vascos Shinova.

Desde que los vi en la anterior edición del Sonorama Ribera, me dejaron bastante ojiplática con cómo animan al público. No ha sido hasta que sacaron su tercer disco “Volver” que aparecen en todos los festivales y en boca del público. Veo los cañones de confeti preparados para cambiar el mundo. Todos saltamos, coreamos, y parece que los caballeros de Shinova se han hecho un huequecillo en los corazones de los festivaleros.

Mientras DJ Cheshire animaba a los allí reunidos, los chicos de Viva Suecia empezaron a hacerse con el escenario principal. Los sustitutos en tiempo récord de Joe Crepúsculo hicieron valer su nombre y directo con un cambio muy correcto en la programación. “El Nudo y la Esperanza”, “Piedad”, “Permiso o Perdón”, “Bien por ti”, “A dónde ir” y “Hemos ganado tiempo” se repartieron al inicio y al final del set, permitiendo que los ya conocedores de la música de los murcianos pudieran disfrutar de los temazos antesdespués. Así también, los que aún no los conocen, entraron de lleno con las que son, para mí, sus mejores canciones. Me queda por verlos un par de veces más para hacerme una opinión. Tienen muy buen directo y la reproducción de su música es la que debe ser. Sin embargo, espero que no suceda un efecto-IZAL, que todo se vuelve igual.

Llegó el momento de (uno de) mis vallisoletanos favoritos: The Levitants. Tras diferentes formaciones, el lanzamiento de un maxi-single el año pasado “Coimbra“, y una gira por toda la península, los chicos levitantes aterrizaban en Palencia. ¿Y qué mejor que hacerlo en el Palencia Sonora? Un directo de 11, un Sergio carismático y un sonido impresionante. Habré visto al trío en todas sus facetas y desde hace años, pero he de decir que fue la vez que mejor los he visto en el escenario. Cómodos, estrenando su último single “Telescape” y haciendo vibrar a todos los que estábamos allí, fans y desconocidos.

La maestría de la ejecución de los Detectives, y su líder, Quique González, siempre es más que de buen hacer. Nina a los coros convierte a “Charo” en directo un tema aún más piel de gallina de lo que es ya en el disco. Un set no muy cambiado del que tocan durante la gira de salas, pero sí adaptado al status festivalero en el que se hallaban. Siempre es un gusto escucharlos, pero seguiré diciéndolo siempre, son para escucharlos con la tranquilidad y goce individual de una sala.

Cala Vento. ¡Cala Vento! Estas dos palabras se volvieron, durante todo su concierto, en sinónimos del grito que esperan siempre los artistas nóveles: ¡ESCENARIO PRINCIPAL! ¡ESCENARIO PRINCIPAL! Como lo fue en su momento la primera vez que los escuché, el dúo catalán tiene un directo que, además de dejarte anonadado e hipnotizarte, encanta al público que los ve por primera vez. El movimiento de muñeca de Joan y cómo disfruta tocando de la batería, y Aleix haciendo de la guitarra un nuevo arma, son algunos de los factores que escuché decir a los nuevos como característicos del dúo. Sonaron temas de su nuevo trabajo “Fruto Panorama” y también del homónimo y debut, un set equilibrado que algunos coreamos de inicio a fin. No dejamos de saltar, de enloquecer, y de dejar a los Cala Vento más que sorprendidos con la muestra de cariño de los asistentes. Aparte de ser el mejor concierto, en mi opinión, de todo el festival, la complicidad con el público dio una nueva dimensión a ese concierto que nos dejó con ganas de más. Damas y caballeros, Cala Vento.

Sidonie son ya un clásico. Tan clásico que nos sabemos el disco y el set de memoria. Temas de siempre, temas nuevos, recuperar antiguas reliquias y crowd-surfing durante “Un Día de Mierda”. ¿Qué harán los chicos de Marc durante esta temporada de festivales? El año pasado llegaban con la novedad de su auto-denominación “El Peor Grupo del Mundo”, pero ya ha pasado un año y están confirmados en mil y un festivales. Es verdad que es una apuesta segura: un público fiel y amplio, un directo animado y un magnate del indie… Pero, ¿y qué más?

DJ Inkilino Comunista entretuvo a los sobrevivientes al cabeza de cartel. Ya se veían cuerpecillos huir tras la actuación de Sidonie. Suerte que el camping está lo más cerca del recinto que se puede. Y eso es una ventaja, no mueres con las pruebas de sonido ni escuchas demasiado a los rezagados de las horas más tardías, y llegas pronto a la cama tras el éxtasis de la música en directo.

Sin embargo, llegaba el turno de Amatria. Sin mucha emoción y conociendo solo el último single que habían sacado a la luz hasta ahora “Animales”, me quedé a ver qué hacía este trío sobre el escenario. No puedo decir que fuera una decepción porque tampoco esperaba nada, y tampoco sé qué esperaban los seguidores de los mismos, al ser la noche oscura y el estado de los mismos un poco más decadente gracias a los accesibles precios en barra. Pero, ni “Chinches“, ni “La Copa de Europa“… apenas “El Golpe“… Les daré otra oportunidad en un horario que les venga mejor, pero no estaré tan dispuesta a cantar una oda a bichos.

Say Yes DJ cerró el primer día de Palencia Sonora. Un primer día que subió mucho el listón, y que, al ser un festival de dos días, nos permitió despertar el sábado a una hora prudente.

SÁBADO 10 JUNIO

Foto: Palencia Sonora | Adrián YR
Foto: Palencia Sonora | Adrián YR

Las apuestas del festival palentino para el vermú no pudieron ser más acertadas: Los Bengala hicieron arder la Plaza Mayor (y quedaron más que como tigres, como gambas al sol) y Los Ganglios a bailar la Plaza San Miguel. Eso necesita el público festivalero: conocer y disfrutar de la ciudad en la que se hallan durante ese fin de semana y un par de conciertos animados, diferentes y no demasiado largos para no tostarnos al sol.

Supertennis sufrió de la mala hora del inicio del ecuador del fin de semana. Cuando aún estábamos descansando de la mañana vermutera, empezaban los de Alburquerque con su trabajo debut Mañana. Sin embargo, para los siguientes en pisar el escenario principal, ya se hacía remolinillo de gente. Los madrileños Havalina llegaban para hacer del atardecer una nueva experiencia. “Muerdesombra y temas de Islas de cemento” y “h” fueron los protagonistas del set de Manuel Cabezalí y compañía. Sonido perfecto, unas “Incursiones” que convirtieron a más de uno en gelatina y alguna con las rodillas temblando.

Pero llegaba el momento del punk. Del punk que te hace reflexionar de filosofía y del estado de los pepinos alemanes. Estrogenuinas hizo del segundo escenario del Palencia Sonora un revuelo de Nietzsche, de ponche en la fiesta de fin de curso y una “Orgía en casa de los Buendía”. Las salmantinas crecen y no paran de crecer con su “Sonido Chirll-Out”.

Depedro empezó con los temazos y no dio lugar a que bajara el ritmo durante todo su concierto. Incluso sonó “Diciembre“, acompañando a Jairo Zavala una banda de lo más completa. Le siguió Los Nastys que intentaron convertir el césped del Sotillo en una pista de baile, cosa que lograron con éxito los Fuel Fandango. Temas de Aurora y de discos anteriores, que Ale Acosta y Nita y trajeron a los oídos festivaleros con su especial directo. Una puesta de escena marca Fandango, taconeos de Nita y llega “La Primavera”.

Foto: Palencia Sonora | Visual Creative
Foto: Palencia Sonora | Visual Creative

Rinoçerose hizo un set correcto, un directo adecuado para los fans, pero para aquellos que los veíamos por primera vez, se nos pudo hacer hasta aburrido. Un cabeza de cartel internacional que dio poco qué hablar en un cartel prácticamente sin fallo alguno.

Los DJs, como siempre, al pie de cañón. A DJ Natweys, Cheshire e Inkilino Comunista (con set de vinilos durante el vermú), se unieron los DJ Estereobrothers.

Un festival que, año a año, crece y progresa adecuadamente. Regenerando escenarios, apostando por artistas locales y nacionales y tomando en cuenta las sugerencias de los festivaleros. El Palencia Sonora se ha convertido en un must de la lista festivalera castellanoleonesa y a nivel nacional. Tanto es así que los primeros 200 bonos del próximo año ya están agotados.

Foto: Palencia Sonora | Adrián YR
Foto: Palencia Sonora | Adrián YR