19 abril 2024

Mosquito by Yeah Yeah Yeahs

Basta con echar un vistazo a la portada de su cuarto álbum, ‘Mosquito’, para acordarse de que si los Yeah Yeah Yeahs molan tanto no es sólo por las canciones que hacen sino por el esmero que siempre ponen a la hora de diseñar el artwork de sus discos, de grabar videoclips, de hacerse las fotos promocionales, de vestirse para los conciertos, etcétera, lo cual es, qué duda cabe, un requisito sine qua non para que le prestemos atención a un grupo en esta época marcada por la sobreinformación de todo tipo, también musical. Es, por tanto, una buena noticia que los de Karen O sigan mostrando esa preocupación estética tan necesaria en un grupo de pop, por mucho que haya a quienes la portada de este disco les pueda parecer un espanto.

Lo que a nadie se lo podrá parecer es el contenido, pues en este álbum el trío demuestra, por cuarta vez, lo capaz que es de crear, con muy pocos elementos, esas atmósferas grandilocuentes que tanto nos gustaron en anteriores temas como ‘Cheated Hearts’, ‘Turn Into’, ‘Runaway’, ‘Hysteric’… Así sucede en ‘Mosquito’ con ‘Slave’, ‘Under The Earth’ o ‘These Paths’, tres perfectos ejemplos de típica canción yeahyeahyeah: un riff bastante sencillo y una letra más sencilla todavía -en ocasiones, quizá peligrosamente: de aquí a Rihanna hay un paso-. Era verdad: el minimalismo no tiene por qué ser un rollo.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=jmRI3Ew4BvA

‘Mosquito’ no está, sin embargo, exento de defectos y se le pueden hacer dos reproches importantes. El primero es la ausencia de hits: a diferencia de lo que sucedía con ‘It’s Blitz!‘, que se abría de forma inmejorable con esos dos rompepistas que eran ‘Zero’ y ‘Heads Will Roll’, ‘Sacrilege’, el primer single de este álbum, no es ni de lejos tan temazo. ‘Mosquito’ -canción- parece ser la única candidata posible, con ese estribillo tan guay (“I’ll suck your blood”) que termina con Karen imitando el zumbido del insecto en cuestión. La pega es que el principio (“mosquito, mosquito, mosquito”) da bastante cosica, como dirían los chicos de Muchachada Nui a propósito del baile de ‘La mosca muerta‘ -reto: a ver quién compone una canción que trate sobre moscas/mosquitos y que no dé grima-, con lo que nos quedamos sin un single claro en el tracklist. Lo cual es un evidente punto en contra.

El segundo problema del disco tiene, en realidad, mucho que ver con el primero: es insoportablemente lineal, más allá de contadas sorpresas como son el momento hip-hop de ‘Buried Alive’ o los guitarrazos de ‘Area 52’. Y es que el oyente que se enfrenta a ‘Mosquito’ se encuentra en una situación semejante a la del protagonista del segundo corte, ‘Subway’: esperando y esperando… sin que finalmente pase nada de nada. El mejor ejemplo lo tenemos en ‘Always’ -según lo que cuentan ellos, es la canción para la pedida de mano que antecede a la canción para la boda, ‘Wedding Song’, que cierra el disco-, cuyo estribillo consiste en el título repetido doce veces. La bonita ‘Despair’ nos recuerda, al final del álbum, que los versos repetidos (“my sun is your sun”, en esta ocasión) siempre les han dado buenos resultados, pero es que, de seguir así, va a llegar un punto en el que no seremos capaces de distinguir unas canciones de otras. En definitiva, toda una serie de desatinos que, unidos a lo malacostumbrados que nos tenían con una discografía prácticamente sin mácula, hacen de ‘Mosquito’ el álbum más flojo del grupo hasta la fecha. 5,5/10.