26 abril 2024

Crónica del concierto de Rufus T. Firefly.  Sevilla. Sábado, 19 de marzo de 2022, 21:30 horas.

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En la Sala X se respiraba el ambiente de las grandes jornadas musicales. Desde hacía fechas se había colgado el cartel de Entradas agotadas para el concierto de presentación de “El largo mañana”, el séptimo disco de Rufus T. Firefly, valorado por la crítica especializada como uno de los mejores LP nacionales de 2021.  La jornada precedente, el mismo espacio había recibido la visita del músico galés Gruff Rhys, exlíder de Super Furry Animals, que nos dejó una noche memorable de pop psicodélico y elegante durante más de 110 minutos de actuación defendiendo su último trabajo “Seeking New Gods” acompañado de tres magníficos músicos (batería, contrabajo y teclados).
Los prolegómenos del concierto de la banda de Aranjuez, estuvieron amenizados con música de Marvin Gaye, Isaac Hayes, Curtis Mayfield, Aaron Frazer o Silk Sonic, entre otros solistas y grupos, que denotaban el nuevo rumbo del grupo madrileño con su aproximación a sonidos souleros y de rhythm and blues de los 60 y 70 en su búsqueda incesante de armonías sedosas y melodías de una dolorosa belleza.

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La última visita de la banda de Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro a la Sala X databa de febrero de 2019 y desde entonces el idilio entre el grupo y el público sevillano no ha hecho más que crecer cómo se demostró más tarde a lo largo de toda la actuación con un feedback permanente del auditorio que abarrotaba el local coreando temas, líneas de bajo e instrumentaciones.
La disposición de la banda sobre el escenario dibujaba un semicírculo. En el extremo izquierdo, la percusión -las congas- de Juan Feo, integrante de Club del Río, mientras el extremo opuesto, lo ocupaba la batería de Julia, y entre ellos, más retrasados, la guitarra solista de Carlos Campos y el bajo de Miguel de Lucas, mientras que en el centro se situaban los teclados confrontados de Víctor y Marta Brandariz, nuevo fichaje procedente de The Low Flyng Panic Attack, aportando sus coros aterciopelados. Los efectos de luces creaban un ambiente mágico y evanescente con cinco hileras de focos blanquecinos a la altura de los sintetizadores y pianos, mientras tonalidades rojizas y azules relampagueaban e inundaban de color las alturas de las tablas.
Los primeros temas en sonar, bajo una luz crepuscular, fueron “Torre de marfil”, “Lafayette” y “Tempelhof”. Un directo sólido, contundente, preciso, sin fisuras se abría camino entre el público con interpretaciones brillantes y luminosas. Los cortes de su último largo están llenos de alma, próximos a la pureza primigenia, plagados de texturas y capas de neosoul aportadas por las percusiones y los teclados de las nuevas incorporaciones que provocaban instantes de hechizo en los largos pasajes instrumentales. El complemento perfecto son las maravillosas letras de Víctor plagadas de referencias literarias, musicales, psicodélicas que abren el campo a la percepción infinita. El guiño al público de Sevilla llegó en el sexto tema con una versión libre de “Abre la puerta” del LP “El Patio” de Triana, rock progresivo andaluz, coreado el estribillo de “Hay una fuente niña…” por toda la sala al unísono en éxtasis colectivo. Finalizaba la primera parte con las fascinantes “Selene” y “Polvo de diamantes”.

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En el bis, tras unas palabras de agradecimiento de Víctor a los técnicos de sonido e iluminación, al manager de la banda y a la propia Sala X, se incorporaron temas de “Magnolia” y de “Loto” como “Río Wolf”, “Nebulosa Jade” o “Un breve e insignificante momento en la breve e insignificante historia de la humanidad” traídos a las nuevas formas de sonoridad y brillantez, junto a una espectacular “Sé dónde van los patos cuando se congela el lago”. Riffs de guitarras, crescendo de teclados y golpeos de batería insondables llevaron a la cima final en una aceleración ascendente.
Rufus T. Firefly atraviesa un momento de plenitud, de dominio absoluto instrumental y vocal, que nos regaló una hora y media de honestidad, entrega, entusiasmo y “savoir-faire” de todos sus integrantes golpeando las emociones de los oyentes. ¡Larga vida!

Fdo: Javier Herreros de Tejada