En el año 2004, el peculiar director cántabro Nacho Vigalondo («Los cronocrímenes«, 2007) se hizo un pequeño hueco en la historia del cine español y en el selecto club patrio de nominados a los premios Oscar gracias a su primer cortometraje, un musical para nada al uso.
«7:35 de la mañana«, rodado en 2003, cuenta la historia de una mujer (Marta Belenguer) que se ve sorprendida por la extraña actitud de los clientes y personal de su bar habitual donde todas las mañanas se toma su primer café del día.
El corto está protagonizado también por el propio Vigalondo, director de la edición 08/09 del notodofilmfest, y cuenta con la colaboración de algunos otros jóvenes cineastas españoles del momento, como Eugenio Mira («The birthday«, 2004) o Borja Cobeaga (quién también recibiría una nominación a los premios de la academia norteamericana posteriormente).
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