Si hay algo que haga más llevadera la llegada del verano son los eventos musicales al aire libre, en el marco primaveral volvía a hacer acto de presencia el Blockparty Arganzuela, festivalazo de los que nos gustan, una jornada, desde por la mañana, para poder disfrutar del vermut y del solecito en uno de los emplazamientos más gustosos de la capital, la explanada de Madrid Río, al ladito del Matadero.
Los chicos de Heart Of Gold, detrás de la propuesta en cuestión, volvían este año con un buen arsenal de ‘band to watch‘ en el cartel, desde L.A. Witch a Miranda And The Beat, pasando por Civic y los inmensos Bad Nerves. Una propuesta además a precio popular, 25€ + gastos, con la comodidad pertinente y con el buen rollo por bandera. Sin embargo a pesar de tanta virtud el festival no consiguió tener la afluencia que esperábamos. ¿Demasiada propuesta en la capital? Quizás sí o quizás desconocimiento puro y duro, con lo bonito que es irte a un evento de esta índole y descubrir a tus nuevas bandas favoritas.
De lo que no hay duda es que el público que el Blockparty Arganzuela congregó el pasado día 3 de junio disfrutó sobremanera y repetirá con fe ciega. Lo de acudir con los colegas siempre tiene cosas buenas, pero los compromisos grupales nos hicieron tener que sacrificar a los Acid Dad, prometemos no volver a hacerlo, y llegar directamente para gozarla con una buena sudada (un poquito más de zona de sombra para la próxima no vendría mal) con las L.A. Witch. las angelinas sacaron su lado más oscuro en medios tiempos que invocaban al garage slowcore y al shoegaze psicodélico, abrasivas a la par que experimentales en su especie, un show que sirvió como toma de contacto con el festival en hora punta del astro rey, con un buen refrigerio podíamos adorar a las americanas como se merecían, sudor no de bailar, pero si de gozar.
Decían las buenas lenguas que Miranda And The Beat son una de las nuevas sensaciones de Nueva York, mal no iban encaminados los cotilleos en cuestión. La propuesta de la banda es frescura en un género que transita entre el soul y el punk, entre el garage y el R&B, repaso a su último álbum homónimo y sensacional directo a la par que estimulante. Cuando una banda así nace para marcarse una auténtica oda a un género soulero con ese salpicón de personalidad propia sabes que estás ante algo grande, Miranda Zipse y los suyos se metieron a los asistentes en su terreno con un directo con pegada y actitud, bárbaros.
Lo de Civic fue otro cantar, canallas y punkarras a más no poder, con una actitud entre el punk-hardcore y el rock pro-pogo los australianos se pasaron la pantalla con una buena dosis de enérgicos cantares, ensalzando en directo el maravilloso ‘Taken By Force‘. Temas como ‘Born in The Heat‘ o ‘New Vietnam’ hicieron que el torbellino CIVIC desatara la tormenta que estaba por venir, trueno llama a trueno, Como si The Church y Fontaines DC se juntaran en algún punto, pero con aún mucha más mala baba, surf-punk para ser arrollados por la marea de los de Melbourne, delirio en directo.
Se avecinaba tormenta y cayó una buena, un ratito de espera que se hizo más ameno entre cervezas y charlas con conocidos y compañeros por el recinto, chubasqueros y plegarias para que eso no acabara. Se hizo la luz, y Toundra, perjudicados por el parón, salieron a la palestra para calmar los cielos y abrirlos a la par con su master-class de post-rock patrio. Otro nivel, eso es lo que alcanza el cuarteto en directo, instrumentos que amansan a dioses enfurecidos y que abren el subsuelo para dejar salir a las criaturas que podrían poblar sus melodías. Uno de los directos más celebrados de la edición, un nuevo combate ganado ante los adeptos a cualquier tipo de género musical, Toundra son únicos en lo suyo y saben captar a todo buen melómano que se precie.
El fin del festival lo pusieron los británicos Bad Nerves, menudo pepinaco en directo, power-pop con tintes punk y pintas glam, unos Strokes fagocitados por los Buzzcocks, unos auténticos monstruos en directo, que pusieron el broche de oro a un Blockparty en estado de euforia. ‘Don´t Stop’, ‘Baby Drummer’ o ‘Radio Punk’, distorsión pop, el nuevo grupo que te hará menear el bullarengue como dios manda.
