Peach Pit hacían escala el pasado jueves en la sala Moby Dick, banda de jovenzuelos con mucha garra y con un gancho tremendo para el público guiri que poblaba los alrededores de Avenida de Brasil. Y es que más de doscientas personas se congregaron ante la primera visita de los de Vancouver a nuestro país. Un buen ojo el de la gente de Miel de Moscas que programó a estos muchachos con efectividad, y para los que abrieron unas teloneras de excepción, las prometedoras Hickeys.
El cuarteto femenino que responde al nombre de Hickeys vino con nuevo EP al sarao, “Diamond Munch”, recién pulido y estrenado en plataformas digitales. En su directo no faltaron referencias al punk más noventero, reminiscencias grunge y un toque lo-fi diferenciador, no nos confundamos, rozan más a bandas de la talla de Warpaint que de las Hinds.
Peach Pit vienen desde Vancouver, con su primer largo “Being So Normal” han saltado el charco y tienen una buena tanda de fechas por Europa. Su paso por la capital era una de las paradas que más ilusión hacía a la banda, tal y cómo nos comentaban, de seguro se fueron con buen sabor de boca, el que les dejaría ver a una sala a rebosar con gente coreando sus temas y celebrando sus historias entre canciones.
Y es que los temas de “Being So Normal” entraban muy bien, esa mezcla de lo-fi teenager, de distorsiones retro y de calidez engañosa tomó el estómago de la ballena de primeras. Se enrollan, y no sólo rajando con el público, sino cambiando de intensidades cuando era necesario y reafirmando su discurso en los puntos álgidos de su LP. Desde los primeros acordes de ‘Drop The Guillotine’, al intento de free jazz subyacente en ‘Alrighty Aphrodite‘, los chavales no cesan en su intento de sorprender y de camelar a un público que les baila el agua, y el lo-fi, ‘Being So Normal’ es coreada, ‘Swee F.A’ celebrada, y ‘Seventeen’ desgañitada y llevada entre pogos a la exaltación en la sala.
Pasión, mezcolanza entre los sonidos de Mac DeMarco y Connan Mockasin, entre Real Estate y Foxygen, energía y ganas de comerse el mundo que desprenden desde su juventud, vitalidad y ningún miedo a experimentar y flirtear con el instrumento que les caiga entre manos, y buen rollo. Esas son algunas de las características de los Peach Pit, que no dejaron indiferentes a los asistentes a su desvirgamiento madrileño, que además fueron premiados en bises con una versión de ‘Johnny B. Goode’ del maestro Chuck Berry, para dejarnos claro que modernos son, pero que beber de los clásicos es un must.