24 abril 2024

detectives_salvajesCon 2666, Los detectives salvajes (Anagrama, primera edición en “Narrativas hispánicas”, 1998) es la gran obra de Roberto Bolaño, escritor chileno fallecido prematuramente a la edad de 50 años.

Los detectives salvajes narra la historia de Arturo Belano y Ulises Lima, dos amigos poetas que viajan durante 20 años por todo el mundo en búsqueda de Cesárea Tinajero, escritora desaparecida en México y auténtico mito literario para ambos personajes.

La novela se estructura en tres partes claramente diferenciadas. La primera, Mexicanos perdidos en México, se sitúa en 1975 y narra la historia inicial de un grupo de escritores adolescentes autodenominados real visceralistas o viscerrealistas, autores desconocidos y prácticamente no publicados en las revistas literarias de su país, cuyas vivencias iniciáticas servirán de base al grueso de la novela.

La segunda parte es la novela propiamente dicha, Los detectives salvajes, estructurada mediante cerca de 100 testimonios en primera persona -96 exactamente- de las personas que de una u otra manera establecen contacto o se relacionan de alguna forma con la pareja protagonista, testimonios perfectamente identificados y contextualizados en el tiempo –de 1976 a 1996- y en el lugar de narración de sus vivencias –numerosos países de casi todos los continentes-.

Finalmente, Los desiertos de Sonora vuelve a situarse en 1976, relatando en forma de diario la búsqueda concreta de la poetisa Cesárea Tinajero por parte de algunos de los personajes más habituales en el relato anterior, recorriendo lo más profundo del México rural.

Los detectives salvajes es, ante todo, un ejercicio mayúsculo de narrativa, donde la precisión en la descripción de situaciones y personajes está por encima de la propia historia. El placer de leer por leer, dejando al margen lo que se nos está contando y disfrutando palabra por palabra, frase por frase del estilo literario, con un lenguaje abrumador y un conocimiento del tempo novelístico que muy pocos autores pueden alcanzar. Porque Los detectives salvajes es, como 2666, un libro de libros o mejor, un cuento de 600 páginas formado por pequeños cuentos en forma de breves dosis literarias del más alto nivel.

Situaciones dantescas, personajes al borde del abismo, extrañas persecuciones, surrealismo literario barnizado por buenas dosis de humor y, cómo no, de un amor que se expresa fundamentalmente en las relaciones de amistad entre personajes. Porque estamos ante una novela que es, ante todo, una orgía de la amistad sin límites, una road novel que se nos antoja el contrapunto latino a la explosión viajera y emocional de On the Road de Kerouac.

Los detectives salvajes ha recibido, entre otros, el Premio Herralde de Novela y el Premio Rómulo Gallegos.