Siempre he estado en contra de las tonterías que tiene a su alrededor el flamenco como que sólo puedes disfrutar del flamenco si eres de una determinada etnia o región o que el flamenco solo se puede escuchar en determinadas peñas y en determinados momentos o que solamente se puede hacer flamenco con determinadas letras y poetas. También me cansé de ese leyenda negra que también es música para incultos, iletrados y gente atrasada que sigue viviendo en cuevas de las que no quieren salir.
Enrique Morente fue de los primeros que inició esa lucha por abrir y expandir el flamenco por diferentes estilos y espacios en los que antes estaba prohibido por unos y por otros, una pelea dura, difícil, con algunos sinsabores como se puede ver en el documental de Omega. Esta disputa es parte del legado que Soleá mantiene como se pudo ver en Orense el 23 de marzo en el Café Pop Torgal, que es uno de los sitios más reconocidos en España toda para ir a tocar o recorrer media península para ver un concierto.
Acostumbrado a conciertos de Soleá con banda, ya sean Los Evangelistas o Napoleón Solo, tenía mucho interés en ver a Soleá acompañada solamente por Eduardo Espín Pacheco a la guitarra y visto el sold out que consiguió en Orense, no era el único.
Empezó el concierto con La Alondra que a diferencia del disco la voz de Soleá tiene más importancia que los efectos, siguió con Anoche Me Preguntabas para continuar con una granaína, así Solea dejó claro desde el principio que hay más pureza en su canto que en la crítica envenenada de culaquiera denominado como “los puristas” Siguen los temas de su último disco hasta que llega el momento de la versión de Palabras Para Julia. Soleá nos cuenta que hay un proyecto en marcha con Paco Ibáñez que ojalá fructifique en algo grande y del que todos podamos ser testigos. Siguieron Solea con Autotune (pero sin autotune) No Puedo Dormir o Nochecita Sanjuanera. Para el final dejó los temas más movidos como Ole Lorelei, Baila Conmigo donde el concierto empezó a convertirse en una gran fiesta. Hasta que llegó el momento de despedirse con Esto No Es Manera De Decir Adiós.
Al final, el regusto que dejó la actuación de Soleá en El Torgal es que la pureza del flamenco esta en mezclarlo y que hay más respeto por los flamencos en un bar de Orense que en muchas peñas flamencas de Andalucía.
Fotos y texto: Toni Delong
