28 marzo 2024

La primera edición del DuranWOP festival, celebrada en la localidad vizcaina de Durango, nace como un evento organizado por la asociación The Walk On Project con la finalidad de recaudar fondos para la investigación de enfermedades “poco comunes” y tiene como trasfondo la lucha de Mikel Rentería (músico) y su mujer por sacar adelante a uno de sus hijos afectado por una enfermedad neurodegenerativa y el desamparo que en muchos momentos sintieron al no obtener información ni ayuda especializada para poder combatirla.

Todo esto desemboca en una pelea  por conseguir dinero para ayudar a aquellos que se encuentran en situaciones similares y en lo estrictamente musical en la creación de esta Primera Fiesta Anual The Walk On Project con un festival de tipo familiar lleno de actividades para los más pequeños (juegos, magia, gastronomía…), la edición de un disco bajo el nombre de The Walk On Project Band (liderado por el propio Mikel) y actuaciones musicales divididas en las dos jornadas del fin de semana del 30 de Septiembre.

El cartel se componía por un jornada eminentemente rockera y con un aire más internacional (el viernes) y otra el sábado donde bandas nacionales (M Clan, Ariel Rot, Smile..) tomaban el protagonismo.

La distancia con Durango y diversos compromisos solo me permitieron acudir a la primera de las dos fechas, para mi la más atractiva en lo musical, y ciertamente salí muy contento de la experiencia tanto en lo organizativo, donde los integrantes de la asociación nos dieron todas las facilidades posibles y un trato excepcional, como en lo musical donde el nivel fue por momentos sobresaliente.

El recinto donde se desarrolló el festival es un amplio pabellón situado en el centro de la localidad con parking contiguo y que gozó de un sonido estupendo toda la noche tanto por el volumen, suficiente para evitar el zumbido habitual de estos saraos, como en calidad, nítido en todos los instrumentos y bien equilibrado. Fue una pena que al menos en esta jornada no se cumplieran las previsiones de asistencia de la organización y tan solo se completara un cuarto del aforo en el momento de más afluencia de la noche.

A Aurora Beltrán le tocó abrir el festival a las seis de la tarde, con las puertas recién abiertas y más de 30 grados en el interior por lo que realmente cuando Eva Rada y Aurora se sentaron con sus guitarras acústicas en el escenario abajo estábamos en familia.

La ex vocalista de Tahures Zurdos no se prodiga especialmente en directo en las últimas fechas y la edición de su disco en solitario Clases de Baile a pesar de su calidad pasó un poco de puntillas por los medios. Acompañada de Eva Rada en la guitarra acústica repasó tanto el cancionero de los Tahures como el suyo propio y en los 50 minutos que estuvo en el escenario demostró que la calidez y calidad de su voz siguen intactas. Desde la inicial El Lo Predijo a sus temas más antiguos (una rabiosa Lujuria o la más popular Tocaré), la estremecedora Afiladas Palabras y la intimista Azul dejaron paso para uno de mis temas preferidos de su repertorio Silencio, dedicada a las personas que padecen alzehimer y para acabar, y en dueto con Mikel Rentería, entonar Nuevos Caminos, una de las canciones que surgen de la colaboración de Aurora con la asociación Walk On Project.

A pesar de ser probablemente la única actuación donde el sonido presentó pequeños problemas quedó claro la cercanía de una de las voces femeninas más importantes del rock en español. Seguro que la vocalista tiene temas listos para nuevos trabajos. Esperemos recibirlos pronto.

Para no engañar a nadie he de dejar claro que el motivo fundamental por el que me desplacé a Durango fue ver en directo a una de las nuevas bandas de rock que más me han impactado en los últimos meses. Ya pude verles sobre el escenario cuando telonearon en Madrid a Drive By Truckers y aunque me gané bastantes antipatías entre los seguidores de los de Athens cuando dije que estos habían sido barridos del escenario por los Whybirds creo que el tiempo (DBY suspendieron su gira por agotamiento de la banda apenas unas fechas después de este bolo) me ha dado la razón y que tenemos en los de Bedford una de las bandas de rock folk americano (curioso siendo británicos) más importantes de los últimos años.

Se desplazaron expresamente para realizar este concierto y el horario en que tocaron, las 7 de la tarde, y el poco público hizo que el show fuera algo más relajado de lo esperado y con alguna pausa entre canciones quizás demasiado larga. En compensación se les vió distendidos y disfrutando en todo momento, saltándose el set list y dejándose llevar por las canciones.

Así que desde las iniciales I Feel Loved y Morning Light (me encanta este tema) hasta un final eléctrico con una versión alargada y salvaje del Rosalita de Springsteen pasaron por sus dos discos de estudio y dejaron momentos gloriosos como la interpretación de Girl Is On Fire, que puso a cantar a los pocos asistentes, Mona Lisa, una versión “country eléctica” del Everybody Knows This Is Nowhere de Neil Young o Four Little Letters que finalizó con una jam.

Es cierto que contar con cuatro miembros que se encargan de las labores vocales llega por momentos a despistar y a producir una cierta  “perdida” del hilo argumental del concierto pero todos cuentan con buenas voces, aunque yo me quedo con la de su batería Luke, y las canciones estilísticamente no sufren variaciones.

Me supo a poco la hora que estuvieron sobre las tablas y me gustaría verles tocar en una sala de pequeño aforo donde la cercanía con la audiencia pueda mejorar la interacción pero desde luego el concierto fue soberbio y las canciones en directo suenan de maravilla.

Elliot Murphy era sin duda uno de los platos fuertes de la velada. Presentaba su nuevo disco, de nombre homónimo, y le acompañaba en la formación su inseparable guitarrista Olivier Durand que fue sin ninguna duda el gran triunfador del festival ya que dejó atónitos a todos los presentes con su maestría a las seis cuerdas.

Con una formación de bajo y batería (ambos muy comedidos) y dos guitarras electroacústicas con las que obtuvieron un sonido atronador, ya les gustaría a muchas bandas de rock conseguir la potencia que imprimieron Murphy y Durand,  y les permitieron mutar el sonido y transformarlo en eléctrico, saturar las distorsiones o convertirlas en guitarras blues repasaron desde la inicial Many Can Read a una impresionante Pneumonia Alley (como me gusta esta canción y que bien sonó en Durango) con su recitado in crescendo, el tono jazzero de You Don´t Need To Be More Than Yourself o el petardazo swing de Rain, Rain, Rain, ambas de su último trabajo y esa forma tan personal que tiene de navegar de  Dylan a Tom Waits y de Lou Reed a Bowie, a quien homenajeó en el último bis interpretando una gran versión de Heroes, pero es que Murphy es la combinación de todos ellos (y de Springsteen y de Mellemcamp y de tantos otros), pero su sonido americano ha tenido que encontrar en Europa el lugar donde arraigar, de hecho reside en Paris desde hace años, y aunque su popularidad no es ni la sombra de todos los citados, mejor para nosotros que le podemos disfrutar muchas más veces en directo y en recintos de menor tamaño, sin duda es uno de los más grandes songwritters de la historia de la música. Medalla de oro sin discusión del DuraWOP.

Tras el genio de Rockville llegaba el turno de Loquillo y su actitud de dandy musical. Hacía muchos años que no le veía en directo y la verdad es que le tenía bastante perdida la pista así que para mi era una incógnita lo que me encontraría.

Sin ninguna duda fue el momento de más afluencia en el pabellón y muchos de los presentes lucían orgullosos sus camisetas del loco.

El artista, de negro inmaculado y en una forma física envidiable estructuró su show en dos partes, una inicial en la que tras la seminal Calles De Madrid se lanzó a repasar los títulos “post trogloditas” Animal de Rock and Roll, Arte y Ensayo, Memoria de Jóvenes Airados..y una segunda en la recta final en la que se lanzó a contentar a la masa con Rompeolas, Rock Suave, Todo El Mundo Ama a Isabel, La Autopista o una rabiosa La Mataré con la que dio por finalizado el show a pesar de que el respetable pedía insistentemente más.

A mi no me acabó de convencer. No sé si por el subidón que tenía tras el concierto de Murphy, porque se le vio un poco apático, por una banda no todo lo potente que podía ser (comparándolos con formaciones pretéritas) o porque intentó adaptar vocalmente algunas canciones clásicas con no el mejor de los aciertos posibles. Le respeto por todo lo que ha hecho por la música en este país pero esa dicotomía entre su vertiente rockera y la más pausada y reflexiva (más Cohen) no acaba de cuajar en un directo de recinto grande. Su próxima gira de teatros probablemente sea un lugar más adecuado.

Confieso que no había escuchado a The Right Ons previamente y que tan solo los buenos comentarios que me habían llegado de ellos me empujaron a permanecer en el pabellón y no demorar los más de 300 kilómetros al volante que me quedaban hasta casa, pero es que fue poner los pies sobre el escenario y empezar la fiesta.

En este caso un fiestorro de funk y soul sudoroso que puso a todos los presentes que aún aguantaban la jornada de conciertos a bailar como locos. Recien salidos del estudio donde han estado grabando su nuevo trabajo se les veía con ganas de disfrutar de las tablas y desde el primer acorde se entregaron en intercambios de riffs guitarreros, coros incendiarios y sobre todo temazos bestiales. energía en estado puro que tan solo cedieron en la parte central para alguna de sus nuevas composiciones, que a mi al menos, me sonaron más poperas y menos “negras”. Come Running, Frontline, Take It Easy … pildoras de anfetamina una tras otra…engancharon tanto que ya quiero más.

Por todo lo escrito muy buenas sensaciones de este primer día del DuranWOP festival y la esperanza que la organización no ceje en su empeño y asiente la propuesta en años venideros, quizás estructurando los artistas por estilos en los diferentes días les ayude a atraer a más gente. Desde luego por recinto, organización y actividades no será