‘Somos Explosiones en el Cielo’, el ya clásico mensaje de presentación de los Explosions In The Sky en nuestro país, volvía a sonar atronador el pasado 20 de noviembre en la madrileña Sala La Riviera. Una nueva visita de la banda que llevó al público a abarrotar el recinto, por un lado temblorosos ante la percepción de que ‘The End Tour‘ fuera su última gira, por otro lado ansiosos por volver a gozar de el post-rock único de la banda, que presentaban sus nuevas composiciones, esas que dan forma a su último trabajo, ‘The End‘.
Digno de mención el comportamiento ejemplar de un público que – en su inmensa mayoría – respetó de principio a fin el directo con sus silencios y sus efusiones correspondientes. Acudir a un directo de los Explosions es entrar en comunión con los texanos, dejarnos mecer por sus constantes interpretaciones emocionales. Todo ello regado de una paleta visual que agita y se vislumbra en la ejecución como un instrumento más.
Un género, este post-rock, este rock progresivo, en el que compiten – o mejor dicho – con cuya visión complementan, a bandas como Mogwai o God Is In Astronaut. Pero algo tienen los americanos que consiguen empatizar aún más que los anteriores con un espectro más amplio que los anteriores, quizás por el sentimiento que desprenden esas largas composiciones, sus estallidos épicos y su actitud en directo.
Temas como ‘First Breath After Coma‘ dejan patente la atemporalidad (tema con dos décadas que no pierde ni pizca de fuelle) y magnificencia de una banda en continuo estado de gracia. ‘Loved Ones‘, incursión en su nuevo disco – The End – que no será el último volvemos a recalcar – y que ahonda en los entresijos de la vida y la muerte , conmovedor tema que dentro de su potencia se agarra a lo más hondo, al igual que ‘Peace Or Quiet’ y ‘The Fight’, composiciones que también fueron tomadas del último capítulo hasta el momento de los Explosions. Pero es sin duda en los grandes clásicos de la banda, donde su pegada se hace aún más patente como pudimos comprobar en el apogéo de ‘Your Hand In Mine’ o en ‘The Only Moment We Were Alone‘, ese momento en el que cada uno se aisló de sí mismo para seguir su camino a casa con un halo de optimismo servido con banda sonora instrumental.
