1 mayo 2024
Patrick Watson

Pasan los años y Patrick Watson tiene un vasto imperio de grandes canciones que van a resistir el paso de los tiempos. Anoche fuimos parte de su historia y presenciamos el ocaso.

Fotos de Jorge T. Gómez

Ayer jueves, Patrick Watson tocó el segundo de dos shows con entradas agotadas en la sala Villanos de Madrid. Lo hizo con Primavera Tours y un repertorio de 17 canciones de toda su carrera, interpretadas de forma prodigiosa acompañándose del piano y junto a su banda: Charlotte Cardin al teclado, voces y sintetizadores, Mishka Stein al bajo, Olivier Fairfield a la batería y percusión desde la mesa de sonido, Mathiew Parisien. Por supuesto no nos olvidamos de Ouri, quien le acompañó al chelo e hizo los honores como artista invitada.

Ouri

La bienvenida a la artista canadiense fue especialmente apasionada, la recibimos como a otra heroína más de la noche. Su carisma en el escenario es indiscutible y sabe cómo usar su cuerpo para lograr un efecto dramático y de abducción, sobre todo cuando toca el chelo. También hizo alarde de su talento al piano, y jugueteó con los samples mientras ponía su profunda voz a toda la complejidad del tinglado. Ouri confesó sentirse feliz de tocar en Madrid pero que justo estaba muy enferma, como para disculparse por su voz. No tenía nada de qué preocuparse, la verdad, incluso así posee una habilidad extraordinaria para infundir en sus hermosas composiciones una gran vitalidad, esbozando un talento y prometedor futuro. Captó por completo nuestra atención.

Después de media hora de actuación, Patrick Watson y su banda no se hicieron esperar, pero primero se tomaron un tiempo para subir rápidamente al escenario y, tímidamente en la oscuridad, intentar instalarse y preparar el set junto con los técnicos de la sala. Tras una gran bocanada de aplausos y unas bases rítmicas que sonaban en la negrura del escenario ya vacío, inmediatamente tranquilizaron mentes y corazones saltando al escenario e inaugurando el set con su bien elaborada “Lost With You” (2020), sencillo grabado durante la pandemia y que nació de la necesidad que sintió el artista de acercarse a sus fans. Una canción en la que su voz, acompañada de manera prodigiosa a su piano, envolvía la Sala Villanos de esa intensa atmósfera que la caracteriza y con la que nos arrastra a todos con su música por distintas corrientes.

Patrick watson

En seguida, con gestos de éxtasis y los ojos cerrados, acompañados por movimientos de su envidiable melena, el torrente de hipersensibilidad siguió incontrolable en “Dream for Dreaming” (Wave, 2019), entremezclando su voz con la de Charlotte mientras se proyectaban imágenes del muñeco de trapo de su emblemático vídeo musical. La canción concluyó con una fusión magistral, incluyendo la reconocida por todos “Creep” de Radiohead. En seguida la ola de embelesamiento, se compaginó con los reflejos de sus proyecciones y dio paso a una “The Wave” conducida por la maestría de Olivier y su calidad percusiva, que sonaba más cálida y resonante que nunca.

Nos encantó la historia detrás de “Wooden Arms” (Wooden Arms, 2009), inspirada en los bosques de Zagreb, Croacia, y en esa sensación de dejarse perder, aunque aún nos hizo más felices su “Ode to Vivian”, canción inspirada en la fotógrafa Vivian Maier, que dio paso luego a su primer solo para desplegar, como no podía ser de otra manera, su habitual talento natural y transmitir su asombrosa sensación de aplomo en “To Build a Home” (Ma Fleur, 2007), canción que presentó hace 15 años con The Cinematic Orchestra.

Patrick Watson exteriorizó su homenaje a “Tonada de Luna Llena” de Simón Díaz reuniéndose ante un solo micrófono con sus compañeros en una preciosísima “Melody Noir”, y bromeando con la pronunciación entre “luna llena” y “luna yena”. La emoción desbordante continuó con “Love Song For Robots” y “Places You Will Go” (ambas en “Love Songs For Robots”, 2015). Unos instantes después vimos a Mishka, que permanecía con la guitarra española en mano, junto a un Patrick pleno de efusividad en la canción que dedica a su hijo, “Man Like You”, y bromeando con el carácter “evil”, “sweet”, pero “terrible” del pequeño.

Patrick watson

El chelo de Ouri volvió a brillar en “A Mermaid in Lisbon”, junto con el  falsetto, etéreo y emotivo de Patrick Watson que convergió con uno de los temas más queridos por todos, “Drifters” (Close To Paradise, 2006), que explota con ese final apoteósico. Con el mismo cariño fue recibido su tema en francés “Je te laisserai des mots” (2015). Mientras tanto, Watson puntualizó lo importante que es revisar bien las palabras antes de tatuárselas, ya que Internet no es siempre fiable e infalible. ¡Qué habrá pasado! Nos quedamos con la ganas de saberlo.

La belleza de la interpretación de “Big Bird In A Small Cage”, así como el significado tras su letra – un pájaro grande metido en una jaula pequeña que consiguió salir- fue una delicia. Esta canción junto con “Here Comes The River” se convirtieron en la catarsis perfecta para un concierto que estaba llegando a su fin y donde el artista refleja todos esos demonios que siempre han rondado por su vida, especialmente cuando llegó a Canadá hace 25 años.

Su despedida se acompañó de su magnánima “Lighthouse” (“Adventures in Your Own Backyard”, 2012) con sus notas de piano profundamente emocionales y sus texturas vocales exuberantes, para luego volver entre el público y pasearse con una especie de uniforme de tentáculos con luces reales de farola y ofrecernos para concluir su “Sit Down Beside Me” (2010).

Lo que hoy tenemos en nuestras cabezas y corazones recordando las dos horas de concierto es muy difícil de explicar. Lo que sí queremos es puntualizar que la planificación meticulosa que hay detrás del escenario de este evento es más impresionante de lo que uno se imagina si se para a pensarlo. Desde la colocación milimétrica de los proyectores hasta la afinación precisa del piano, pasando por la organización de las luces y la disposición de los sintetizadores, cada detalle ha sido tratado con mucho mimo y atención exquisita. Lo que parece un show “íntimo” se revela como una oda a la grandeza, donde Patrick Watson brilla en todo su resplandor bajo la sombra y los reflejos que permutan con la audiencia.

La sala Villanos, que cuenta con una acústica increíble, ha sido una elección acertada; no hemos asistido a un solo concierto desde su remodelación que haya sonado mínimamente mal. Aunque es verdad que un concierto de Patrick Watson llama a gritos un teatro. Al artista no le gusta especialmente tocar delante de grandes multitudes, de ahí que sean dos fechas elegidas, 17 y 18 de abril para este espectáculo en Madrid. Cuando el espectador está más lejos, se pierden los detalles, y en el caso de lo acontecido esta noche, ha sido impresionante prestar atención a todos estos elementos que os hemos narrado. Hoy estará en Barcelona, en PARAL·LEL 62.

Pasan los años y Patrick Watson tiene un vasto imperio de grandes canciones que van a resistir el paso de los tiempos. Gracias personalmente al artista por habernos dejado ser parte de su historia y presenciar el ocaso.

Patrick Watson

 

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