Ayer mismo, de viaje, me enteré de que mi local favorito, el Café España, cierra sus puertas tras más de 2000 actuaciones del mejor jazz y flamenco en la ciudad de Valladolid… La tristeza me envuelve, y sólo espero llegar raudo a Valladolid para poder hablar con Mario y ver si aún nos queda un rallo de esperanza a los asiduos de este local que tantas horas de disfrute nos ha ofrecido… Mientras tanto, reproducimos la nota que el músico Jose Luis Gutiérrez ha enviado a los medios como homenaje el España…
En estado de shock estamos, que nos va a durar un buen rato porque si por una parte parece que poco a poco se nos está apagando la cuidad, nadie se esperaba ésto y no nos lo queremos creer.
La cosa tiene mala pinta, hace lo que nos parece una eternidad la sala Polar paró su programación de conciertos y la semana pasada nos levantábamos a la extraña noticia de que el Maeloc cerraba, suspendiendo la maravillosa programación de magos y monologuistas de primera fila, ademas de sus sesiones de folk.
Pero esto nos ha pillado totalmente a contrarié. El Café España es (me niego a hablar en pasado con el cadáver todavía caliente) uno de esos pocos y selectos sitios de referencia en la ciudad, lo cual no es cosa fácil. Para conseguir este status la sala ha programado la friolera de 2.000 conciertos en esta última etapa de 18 años, conciertos que abarcaban músicas populares, blues y principalmente flamenco y Jazz con el que tanto nos hemos disfrutado.
Noches que mezclaron el apoyo a bandas locales como Medio cabalo o Barmanouche con el genio de selectos jazzmen españoles e internacionales… ahora mismmo me viene a la memoria Tete Montoliu, Chano Domínguez, Al Foster en el cuarteto de Miguel Chastang, Harry Allen que pasaron por sus tablas dejándonos noches para recordar pero sobretodo para agradecer la existencia de un club de jazz en el sentido estricto de la expresión con una programación tan acertada y un sonido envidiable.
No sabemos -ni nos importan- los motivos por los que la gerencia actual se ha visto forzada a cerrar (aparentemente falta de acuerdo a la hora de renovar el contrato con los propietarios del local) y esperamos que se solucionen pronto porque instituciones como ésta son vitales en la vida cultural de esta ciudad.
Lo había oído pero… no me lo creía. Una terrible pena.
Qué cantidad de veladas maravillosas en el Café España. Escasos habrán sido los conciertos de jazz que me haya podido perder durante los diez últimos años…incluso me brindó la oportunidad de “tomar la alternativa” como saxofonista amateur sobre sus tablas.
Tantos recuerdos mágicos, acordes imposibles, comuniones íntimas, tanto respeto hacia los músicos, y ese apoyo sincero por la música de verdad, en vivo.
Una gran pena. El jueves me acerqué a tomar una última bocanada de su aire, dejar que su luz impresionase mis retinas, escuchar el sonido del vidrio sobre la mesa de mármol que solía ocupar.
Gracias a la familia del Café España y mis mejores deseos para que prosigáis con un proyecto ilusionante, lleno de valor, autenticidad, raíz y emoción.
Siempre en el corazón. “Café España LIVES”