Once años han transcurrido entre la publicación del segundo álbum del trío Future Bible Heroes -uno de los múltiples proyectos paralelos del líder de los Magnetic Fields, Stephin Merritt, de quien mucho hemos hablado por aquí, y que completan su compañera Claudia Gonson y el teclista y dj Chris Ewen- y el tercero, titulado ‘Partygoing’, que vio la luz el pasado 4 de junio. Según cuentan en la web de Merge Records, discográfica bajo la que han lanzado el álbum, los temas principales de ‘Partygoing’ son “beber, bailar y la muerte”, de modo que se cubre todo el espectro de situaciones que se puedan imaginar en torno a las fiestas -téngase en cuenta el título del disco-, es decir, “la diversión y la mañana siguiente”.
De esta manera, el álbum se abre con ‘A Drink Is Just The Thing’, canción que trata sobre el primero de los temas -más concretamente, sobre intentar “solucionar todos tus problemas con alcohol”-, al igual que lo hace otra de las pistas más destacables del disco, ‘Drink Nothing But Champagne’, con una letra impagable que atribuye a David Bowie la autoría del título y en la que se asegura que lo único en lo que Churchill y Hitler estuvieron de acuerdo fue en señalar que “el champán hace la vida mucho más corta que el agua” -viniendo de Merritt, toda una ventaja-. Hilarante.
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El primer sencillo, ‘Living, Loving, Partygoing’, cuyas virtudes ya ensalzamos en cuanto salió y para el que han grabado un divertido videoclip -todo un acontecimiento, teniendo en cuenta lo poco dado que es Stephin a rodar vídeos- y ‘A New Kind of Town’, en la que Merritt canta a los inadaptados por enésima vez, en esta ocasión para invertarse un nuevo tipo de ciudad “con pistas de baile donde nadie dice ‘quizás’”, son las únicas canciones del álbum en las que se aborda el segundo de los temas, el baile. Lo cual implica que ‘Partygoing’, en su mayor parte, se ocupa del siempre feraz asunto que es la muerte, ya sea temporal -la anecdótica ‘Keep Your Children In A Coma’ trata sobre inducir a tus hijos adolescentes a un estado de coma para ahorrarles esa etapa tan incómoda- o definitiva -en ‘Let’s Go To Sleep (And Never Come Back)’ se deja caer que para acabar muriendo de un ataque al corazón mejor sería una sobredosis de heroína-.
Esta acidez en las letras acerca al trío a la última etapa de los Magnetic Fields, con álbumes como ‘Love at The Bottom of The Sea‘, al igual que esa costumbre recientemente adquirida de que Stephin y Claudia se turnen a las voces, cantando ella los temas impares y él los pares, lo que, en este caso, y excepción hecha del primer single, le deja las mejores canciones a él -al menos en el álbum, puesto que, debido a sus problemas auditivos, Stephin no ha salido de gira con sus dos compañeros-. Sin embargo, del uso de los sintetizadores y de las letras menos ácidas y más románticas de otras composiciones -¿no es horrible que el paso del tiempo esté haciendo del autor de ‘The Book of Love’ un cascarrabias recalcitrante?- se desprende un aroma totalmente distinto, recordándonos mucho más a los Magnetic Fields de los 90. Así ocurre en ‘Living, Loving, Partygoing’, en ‘When Evening Falls On Tinselton’ y en ‘Sadder Than The Moon’. Esta última cuenta con una letra preciosa (“I showed you fortune, fame and fun/ dark rooms I don’t show anyone/ But I’ve run out of cards to play/ if I were smart, I’d run away”) y es, directamente, una de las mejores canciones firmadas por Merritt en los últimos diez años.
Un poco fuera de la temática del álbum encontramos la simpática ‘Love Is A Luxury I Can No Longer Afford’, una reivindicación del dinero y el lujo como argumento en el pop, algo que, según Merritt, actualmente no se estila pero que les gusta mucho tanto a los Pet Shop Boys como a él. Lo cierto es que unos y otro nos interesan hablen de lo que hablen, tanto en sus proyectos principales como en los paralelos. Hacemos bien, porque aunque ‘Partygoing’ seguramente no se convierta en el disco favorito de ningún fan de los Magnetic Fields, los Gothic Archies o los 6ths, lo cierto es que contiene un buen puñado de canciones divertidas y bastante inspiradas y, al menos, dos canciones magníficas. Para un artista que saca un disco por año, no parece un mal balance. 7,5/10.