19 abril 2024

La jornada del sábado en el Sonorama Ribera 2016 consiguió agotar las entradas con el reclamo de grupos como Izal, aunque nosotros nos quedamos con la vuelta de Maga como el momento cumbre de la noche.

Las mañanas en Aranda de Duero están repletas de música durante los cinco días que dura el festival Sonorama Ribera. Una de las novedades de este año, que espero se mantenga en futuras ediciones, ha sido el Escenario Charco. Situado a la orilla del Duero, entre sombra y césped verde, este emplazamiento ha sido un oasis entre el gentío que ha abarrotado Aranda de Duero durante cinco jornadas. A modo de altavoz de la música Latinoamericana, el Escenario Charco acogió las actuaciones de Quiero Club y Javiera Mena, entre otros, en la jornada del sábado. Los primeros, nos conquistaron con su música fresca y sus bailes divertidos, hula-hoop mediante. La segunda, una de las artistas más relevantes del sur del continente americano, congregó a los asistentes al festival con el ritmo de su música diseñada para el baile.

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Foto: Rodrigo Mena Ruiz

La jornada vespertina del sábado en el Sonorama Ribera 2016, arrancó con Señores, a los que le siguió “el azote de la macha”. Mucho se centró en su último trabajo, Pidiendo a las puertas del infierno, en el que la crítica social se mezcla con los ritmos discotequeros que beben de la música de los ’80. Martí Perarnau ha cedido su guitarra a Emilio Saiz, de Nothing Places, para entregarse a los sintetizadores (que se han impuesto al bajo de Miguel de Lucas) y al baile sobre el escenario aunque sea Agosto, aunque estemos en Aranda de Duero, aunque lleve una capa de lana. Mucho fue, por fin, el primer grupo que sonó con fuerza sobre el Escenario Ribera del Duero.

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Foto: Rodrigo Mena Ruiz

Tras ellos, llegó uno de los concierto más conmovedores del Sonorama Ribera 2016. Maga regresaba a los escenarios para emocionar a los asistentes con un concierto especial para celebrar el decimoquinto cumpleaños de su Álbum Blanco. El público arropó a la banda sevillana coreando temas como “Bidimensional“, “Piedraluna” o “Agosto Esquimal“. Pero no fueron los únicos, Sean de Second, Javi de Full y el ya citado Martí Perarnau acompañaron a la banda andaluza sobre el escenario. El descanso que se ha tomado Maga se dejó entrever en un directo menos pulido de lo que nos tenían acostumbrados, aunque esos descuidos en la ejecución se vieron compensados por la emotividad que dominó su concierto.

En el mismo escenario, a las diez de la noche, Luis Brea congregó al público del festival arandino con sus canciones sinceras, repletas de cotidianidad y escenas costumbristas. Le acompaño sobre el escenario Zahara. “Mil razones” y “Discotecas” son algunos de los temas de su último trabajo (Luis Brea y el miedo) que sonaron en la jornada del  sábado en el Sonorama Ribera 2016.

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Foto: Diego Santamaría

Tras él, llegó uno de los platos fuertes de la decimonovena edición del Sonorama Ribera. Mando Diao se hicieron derogar y, cuando por fin pisaron el escenario, Björn Dixgård lo hizo con el torso desnudo, para alegría de las asistentes. Esa fue la única alegría, de hecho, que me dieron. Los suecos sonaron desincronizados y flojos, más interesados en animar al público que en interpretar con fidelidad las canciones. Apenas hicieron uso de sus “greatest hits” y aquellos que interpretaron no consiguieron calar con la fuerza que se esperaba, como por ejemplo su contundente “Down in the past” o su animada “Gloria“.

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Foto: Diego Santamaría

Sin duda, si atendemos al número de asistentes, Izal fueron los triunfadores de la noche, culminando su actuación con fuegos artificiales que iluminaron el cielo castellano mientras Exsonvaldes interpretaba los temas de su último disco; Aranda, dedicado a la localidad en la que se celebra el festival. Resultó extraño que los franceses se viesen desplazados al escenario Burgos Origen y Destino, y más si tenemos en cuenta que hace un par de años actuaron en uno de los escenarios principales. Pero Exsonvaldes consiguieron encandilar a los asistentes con un cuidada ejecución, acompañados por Helena Miquel.

A continuación, Corizonas movilizaron a una buena parte del público con la energía que desprenden sus canciones y el desparpajo de Javier Vielba sobre el escenario. Pese a los problemas iniciales de sonido, que consiguieron solventar rápidamente,y la sustitución de Loza por Lete (batería de la banda de Ángel Stanich) el público coreó entregado temas de su anterior disco, como “Run to the river” y “Run to the woods” y la versión del mítico “Wish you where here“.

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Foto: Rodrigo Mena Ruiz

La jornada del sábado en el Sonorama Ribera 2016 se cerró con un récord de asistencia que se hizo especialmente evidente al final del concierto de Izal y en las largas esperas en las barras y los baños del festival. Pese a ello, despedimos, un año más, el  festival Sonorama Ribera con un buen sabor de boca, el que deja uno de los festivales más longevos del país.